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Día del refugiado

Hoy se conmemora el Día Mundial del Refugiado. La guerra de Siria, que ha originado el mayor éxodo de personas de un territorio desde la II Guerra Mundial, ha hecho que la Unión Europea (UE) tenga que ver de cerca una realidad que, hasta el momento, observaba con tristeza, pero desde lejos. Ahora los refugiados están aquí, en suelo comunitario, y se merecen unas condiciones de vida y acogida acordes al sufrimiento del que huyen.

Los organismos europeos, tanto la Comisión como el Consejo de la UE, siguen buscando una solución para que la llegada de estas personas no suponga un desbarajuste del intento de equilibrio que se pretende entre los Estados miembros. Sin embargo, hasta el momento, las medidas parece que sólo han arrancado.
Una de ellas, el polémico acuerdo entre la UE y Turquía, es la que más polvareda ha levantado. Las organizaciones especializadas en el asunto de los refugiados han denunciado que este pacto conlleva deportaciones masivas e irregulares de territorio europeo a suelo otomano.
La llegada de refugiados es un tema que toca de cerca a nuestra ciudad. De hecho, durante el pasado 2015, Melilla fue la principal puerta de entrada del país en cuanto al recibimiento de estas personas, acogiendo al 42,8% del total nacional de solicitantes de asilo. Sin embargo, y pese a ser la ‘ruta marroquí’ una de las principales vías de entrada de estas personas, pocas son las que quieren quedarse en España.
Son reseñables, por otro lado, los cambios que se han vivido, a pequeña escala, en Melilla. El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) ha pasado de acoger a 1.700 personas a finales del pasado año a menos de 500.
Además, mientras que un solicitante de asilo podía pasar meses en nuestra ciudad, se ha conseguido agilizar los trámites para que en cuestión de un mes, las personas que demandan protección internacional haya salido hacia la península para concluir allí sus trámites.
Sin embargo, a escala global, la maquinaria europea no parece terminar de ponerse de acuerdo. Los cupos establecidos por Bruselas no acaban de cumplirse y las personas que huyen de la guerra que tienen en casa se encuentran, en muchas ocasion es, con una batalla en el Mediterráneo que quita la vida a familias al completo y deja a su paso escalofriantes cifras de defunciones.
Mientras tanto, la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat, por sus silgas en inglés) señala que ya no son los sirios los que más solicitudes de asilo registran en nuestro país, sino los ucranianos y los venezolanos.
La barbarie en tierras de Oriente Próximo, sin embargo, continúa, y estas personas aún salen de sus casas para buscar un lugar seguro en el que permanecer. Endurecer los sistemas de asilo y las fórmulas de entrada no parece ser la solución a un problema que, visto lo visto, puede prolongarse aún durante años sin que haya remedio.

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