LA Delegación del Gobierno anunció ayer que Marruecos se ha hecho cargo de los siete inmigrantes que llegaron el martes pasado de madrugada en una patera a la deshabitada Isla del Congreso, en el archipiélago de las Chafarinas.
Desde el departamento que dirige Abdelmalik El Barkani destacaron que se actuó cumpliendo con la legislación vigente, aunque no aclararon si se referían a la Ley de Extranjería o al acuerdo hispano-marroquí de 1992, que según defienden los juristas debe subordinarse a la Ley.
A diferencia de otras devoluciones de inmigrantes difundidas por ONGs, en esta ocasión los subsaharianos fueron identificados por la Policía Nacional que se desplazó ayer junto con la Guardia Civil a las Chafarinas, tal y como contemplan tanto el acuerdo de España y Marruecos del año 92 como la vigente Ley de Extranjería.
¿Este procedimiento es habitual? Es una duda que quizás despejen las autoridades que tengan que comparecer en los juzgados. De hecho, ya Prodein aseguró ayer que volverá a querellarse contra el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani. El máximo representante del Gobierno central en Melilla ya tuvo que declarar ante el juez por su presunta implicación en la devolución de 21 inmigrantes ‘kamikazes’ que entraron en Melilla a primeros del año pasado, saltándose de forma temeraria los controles fronterizos.
La polémica está servida, aunque lo ocurrido ayer no sorprendió a nadie. Por mucho que nos digan que todo ha sido escrupulosamente legal, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo esquivó como buenamente pudo la pregunta que le hicieron en Alicante sobre la devolución de los inmigrantes que habían llegado a las Chafarinas.
Con todo el arte diplomático del que puede hacer gala un ministro de Exteriores, Margallo se fue por las ramas y ‘se le escapó vivo’ al periodista. Para ello se agarró al discurso que responsabiliza a la UE de lo que pasa en su frontera sur.
El ministro obvió en su respuesta que el acuerdo que firmaron ayer en Alicante los titulares de Exteriores del Grupo de países del Mediterráneo afectados por la inmigración (Portugal, España, Francia, Italia, Grecia, Chipre y Malta) pide, entre otras cosas, que los procesos de readmisión y devolución de inmigrantes se realicen con mayor rapidez.
Los ministros de Exteriores también han reclamado a Europa que se rasque el bolsillo y que invierta en políticas migratorias, sobre todo, en dos países de tránsito de la inmigración: Marruecos y Túnez.
Y como no podía ser de otra manera, Margallo ayer echó flores a la colaboración marroquí en temas de inmigración. Y tenía motivos para hacerlo. A la misma hora en la que comparecía, llegaba a las redacciones la nota de prensa de la Delegación, que los periodistas llevábamos 48 horas esperando: Los inmigrantes que estaban en las Islas Chafarinas habían sido devueltos a Marruecos.