{jaimage crop="TC" /}El ecolta del conjunto melillense es el máximo anotador de la categoría.
El escolta norteamericano del Club Melilla Baloncesto, Troy DeVries, máximo anotador de la Adecco Oro tras los 28 puntos que consiguió el pasado viernes ante Breogán, muestra su lado más personal, donde habla de sus comienzos, su etapa universitaria y se muestra como una persona religiosa, amante de su familia y gran trabajador.
–¿Cuándo comenzó a jugar a baloncesto?
–Tengo tres hermanas mayores y un hermano mayor y a mi familia siempre le han encantado los deportes. Comencé a jugar con tres o cuatro años, intentando botar alrededor de la canasta. Me encanta el baloncesto desde muy joven.
–¿Es cierto que aprendó a jugar viendo videos de Pete Pistol Maravich?
–Cuando estaba en el instituto tenía en mi casa algunos videos de Pistol Maravich con diversos ejercicios. Mi amigo Mark Campbell y yo solíamos levantarnos a las 5:30 o 6 de la mañana para practicar estos ejercicios antes de entrar a clase durante una hora más o menos.
–¿Cómo fue el comienzo de su etapa universitaria?
–Mi primer año fue muy difícil, creo que el paso del instituto a la universidad es complicado para la gran mayoría de jugadores pero es una gran experiencia donde conoces a grandes compañeros y amigos.
–Tras dos años en Portland State University, usted decide cambiar de aire y marcharse a University of New Mexico, ¿a que se debió este cambio?
–Tras el primer año en Portland, el entrenador del equipo renunció y se marchó del equipo. El nuevo entrenador que vino hacía algunas cosas con las que yo no estaba de acuerdo y decidí entonces que quería terminar mi carrera universitaria bajo las órdenes de otro entrenador y fue por ello por lo que pedí mi traslado a New Mexico Lobos.
–En Alburquerque con los Lobos coincidió en el vestuario con todo un All-Star como Danny Granger, ¿cómo fue la experiencia?
–Fue muy buena. Danny es un jugador fenomenal, él podía hacer cualquier cosa bien, era una estrella y es una gran experiencia el haber podido jugar con él.
–¿Cuándo decide que quiere ser jugador profesional de baloncesto?
–Desde que era muy pequeño tenía el sueño y la aspiración de conseguir una beca para estudiar jugando a baloncesto y de llegar a ser jugador profesional. Me he dedicado mucho a ello y siempre he estado muy motivado para conseguirlo.
–¿Qué ha sido lo peor en su carrera?
–Mi perspectiva ahora es diferente. No creo que cualquier cosa tenga que ser necesariamente mala porque creo en Dios y se que él controla todas las circunstancias y tiene un plan. Esto no significa que la vida sea fácil.
Para mi lo más complicado por lo que he pasado en mi carrera fue al año pasado con una lesión con la que estuve lidiando durante ocho meses, dos meses en Australia y seis meses intentando recuperarme de ella pero nada funcionaba. Finalmente el 1 de junio del pasado verano volé a Alemania y me operé, tras la operación todo ha sido mucho mejor.
He aprendido mucho de esta experiencia, porque fue complicada pero estoy orgulloso de haberla podido superar.
–¿Lo mejor?
–Este es mi séptimo año jugando profesionalmente a baloncesto. Me siento genial por poder jugar todos estos año y es por ello que llevo en mi camiseta el número siete.
–¿Qué significa el baloncesto para usted?
–Creo que es una gran herramienta que el Señor me ha dado. Él me dio estas facultades atléticas y salud pero no se muy bien como expresar lo que el baloncesto significa para mí.
–Se muestra como una persona religiosa, que siempre da gracias y se siente bendecido por Dios, ¿qué importancia tiene Dios en su vida?
–Él para mí es todo. Jesús murió en la cruz por mí. Es por esto que yo tengo la vida y estoy agradecido de poder estar aquí jugando a baloncesto y compartiendo mi amor con los que me rodean.
–¿Que se le pasa por la cabeza si le digo dos nombres: Stephanie y Lex?
–Son mi dos personas favoritas en el mundo entero.
–¿Siente el apoyo de su familia en su carrera?
–Totalmente. Mi mujer viaja conmigo alrededor del mundo mientras juego a baloncesto y mi hija, bueno ella es muy pequeña y no sabe si he jugado bien o mal, pero verla divertirse y junto a mi mujer es algo maravilloso para mí.
–¿Qué le gusta hacer cuando esta lejos de la cancha de baloncesto?
–Paso mucho tiempo leyendo la biblia, obviamente también estoy mucho con mi familia. Me gusta comer y por ello también cocino bastante o voy a restaurantes. Me gusta también ver películas con mi mujer y más desde que nuestra hija nació. Además tengo unos amigos aquí en Melilla con los que he ido a Marruecos para ayudar a gente necesitada.
–¿Qué opina de su entrenador, Gonzalo García de Vitoria?
–Creo que es un entrenador excepcional. Es un buen entrenador que se preocupa del equipo y nos prepara muy bien para cada partido.
–¿Y del equipo?
–Es un gran grupo de personas, que lucha junto y realmente divertido.
–¿Qué le parece Melilla?
–Es una ciudad preciosa. Me encantan las playas, el tiempo…creo que es una ciudad única.
–¿Cuál es su sueño?
–Poder ganar la Adecco Oro.
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