Jesús Cautivo y María Santísima del Rocío han vuelto a las calles de Melilla un Jueves Santo más ante la mirada de miles de personas que los arropaban a su salida de la casa hermandad en el barrio de La Victoria. Custodiando al Señor, el grupo de Artillería GAAAL nº7 y junto a la Virgen, la Compañía de Mar de Melilla.
Tradición y cultura en su máximo esplendor. Ambas imágenes fueron recibidas por el pueblo melillense ante el sonido de una saeta interpretada por el cantaor Quique Acedo.
Si algo ha caracterizado la salida procesional ha sido la devoción. La pasión y el sentimiento de los miles de fieles que han acompañado a sus titulares por las calles de Melilla. En silla de ruedas, con bastón, enfermos o recién nacidos. Daba igual, este era un día grande para ellos y no ha existido ningún impedimento para sentir cerca al Cautivo y a la Virgen.
Ya desde su salida la emoción se notaba en los ojos de los cofrades. Creyentes o no, jóvenes o mayores que han contenido la respiración con el sonido de la primera campanada que levantaba el trono al sonido del himno nacional. De igual forma sucedió a la salida de María Santísima del Rocío, la novia de Melilla, que ha despertado vítores y aplausos de los allí presentes.
¡Viva la Virgen del Rocío! Esta ha sido la frase más escuchada en la procesión, sobre todo durante uno de los instantes más bellos, la petalada. Miles de pétalos de rosa que arrojaban sobre el manto de la Virgen desde el balcón de una casa.
Esta cofradía, sin duda, es una de las que más melillenses congregan durante su estación de penitencia. Algunos de ellos con una promesa, que cumplida o no le han devuelto caminando tras los pasos de Jesús Cautivo descalzos, con los ojos vendados o con todo el esfuerzo.
Uno de los momentos más emotivos que se han vivido durante el recorrido ha sido cuando Jesús Cautivo ha entrado en el Centro Asistencial 'Gota de Leche' para acompañar a los residentes, que esperaban con auténtica emoción la llegada de su protector. Personas muy mayores que aguardaban a Jesús Cautivo con ilusión por verlo entrar en el que es su hogar para bendecirlos y escuchar la oración.
Pero si hay un punto clave de la Semana Santa melillense relativo a esta cofradía es la liberación del preso. A su entrada por el recorrido oficial, frente a la tribuna y bajo la mirada de Jesús Cautivo y María Santísima del Rocío, se ha procedido al acto de liberación.
El recluso, un joven de 29 años condenado por un delito de lesiones, que ha dado las gracias por su puesta el libertad tras la lectura del auto judicial.
A continuación, como ya es tradición, el reo ha repicado las campanas del trono de misterio del Cautivo.
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