La Guardia Civil informó ayer de la detención de un joven al que sorprendió en el puerto con 25 kilos de hachís ocultos en un doble fondo habilitado en su vehículo, con el cual pretendía embarcarse hacia Almería.
El arresto se produjo el pasado martes. De acuerdo con una nota de prensa del Instituto Armado, el destino de las sustancias estupefacientes podría ser Tarragona, donde el detenido tiene su residencia.
Bajo el salpicadero
La droga intervenida es del tipo polen de hachís y se encontraba oculta en un doble fondo construido bajo el salpicadero del coche.
La intervención se llevó a cabo en medio de los registros selectivos que los agentes de la Benemérita practican en los automóviles que se disponen a embarcar en los buques con destino la península.
En el transcurso de las inspecciones, el perro utilizado para detectar la presencia de estupefacientes marcó indicios de droga oculta en el coche. Tras ello, los efectivos de la Guardia Civil efectuaron un reconocimiento en profundidad, que se saldó con el hallazgo de un doble fondo bajo el salpicadero.
En ese habitáculo encontraron el hachís, que estaba distribuido en 52 paquetes. La suma de todos ellos totalizaba un peso de 25 kilos.
Acto seguido, los agentes procedieron a la detención del conductor, quien es de nacionalidad marroquí y tiene 24 años de edad.
Según el comunicado de la Guardia Civil, la droga intervenida contiene “la más alta concentración del principio activo de este tipo de estupefaciente”.
La Benemérita añadió que, gracias a esta intervención, se ha evitado la distribución y comercialización en el mercado ilícito de “más de 100.000 dosis” de hachís.
Ayer, el arrestado fue llevado ante el juez de guardia como presunto autor de un delito contra la salud pública. También quedó a disposición judicial la droga intervenida, así como el vehículo utilizado por el detenido en la comisión de este ilícito penal. El citado automóvil tiene matrícula española.
Delitos contra la salud pública
El vigente Código Penal regula los delitos contra la salud pública, entre los que se incluyen los de tráfico de drogas, desde el artículo 359 hasta el 378.
En el artículo 368 se establece que quienes ejecuten actos de “cultivo”, “elaboración” o “tráfico” o “promuevan, favorezcan o faciliten el consumo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas” serán “castigados con las penas de prisión de tres a seis años y multa del tanto al triplo del valor de la droga objeto del delito si se tratare de sustancias o productos que causen grave daño a la salud”.
El 369 bis añade que, en caso de que el tráfico de estupefacientes se haya llevado a cabo en el seno de una organización delictiva, las penas de prisión serían “de nueve a 12 años”.
En los tribunales de Melilla se juzgan numerosos casos de tráfico de drogas, la mayoría de ellos similares al de la información facilitada por la Guardia Civil. En casi todos, el acusado admite su culpa y se le aplica una pena de tres años de cárcel, la mínima fijada para este tipo de delitos.
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