El puesto fronterizo de Farhana cerró ayer durante unos 20 minutos después de que un individuo de origen marroquí usara una cuchilla de afeitar para tratar de agredir a un agente de la Policía Nacional. Así lo confirmaron ayer fuentes de la Delegación del Gobierno a El Faro.
Los hechos tuvieron lugar sobre las 8:30 horas cuando, al parecer, un funcionario le negó al hombre el acceso al territorio español. Al cabo de un rato, esta persona regresó con un arma blanca para intimidar al agente.
El atacante fue reducido y detenido por las autoridades del país vecino, por lo que no llegó a causar lesiones ni daños al policía nacional con la cuchilla que portaba.
Desde la Unión Federal de Policía (UFP) de Melilla aseguraron ayer en declaraciones a este diario que las agresiones de este tipo suelen ser “una constante” en los pasos fronterizos. Según manifestó el secretario regional, Antonio García, cada semana se dan al menos dos o tres cierres en las fronteras por motivos de seguridad.
“Detras de estos cierres casi siempre hay pequeños ataques, como lanzamientos de piedras o botellas”, apuntó. Para el sindicato, está claro que los policías son los que sufren en primera persona el “descontrol y el caos” que se da en los puestos fronterizos.
Según valoró García, detras de los ataques y las agresiones a los agentes, que llegan a ser tanto físicas como verbales, está la inacción de las autoridades marroquíes. “El problema que tenemos es que no hay un control que sea realmente exhaustivo al otro lado de la frontera”, sostuvo.
Para la UFP, la falta de colaboración de la policía marroquí es el origen del “caos” que continuamente obliga a cerrar los pasos fronterizos y que, en muchas ocasiones, “hace que las personas pierdan los nervios”.
El sindicato policial consideró que el hecho de que a diario haya unas 13.000 personas que cruzan la frontera, sin que las autoridades del país vecino intervengan con la seriedad requerida en cuestiones como el orden, la identificación o los registros, es lo que acaba poniendo en riesgo a los agentes que ejercen su labor en los puestos fronterizos.
“Las agresiones no son diarias, pero sí muy habituales”, incidió García. Según explicó, una buena parte de los intentos de agresiones es de personas que se dedican al contrabando, lo que achacó directamente al desorden que se da en los pasos.
“Hay que entender que estos trabajadores se buscan la vida y cuantas más veces crucen, más dinero ganan; eso acaba generando mucha tensión que a veces desemboca en violencia”, manifestó el secretario regional de la UFP en Melilla.
Para García, es “importantísimo” que la nueva delegada del Gobierno, Sabrina Moh, dedique sus esfuerzos en aumentar la plantilla de policías que trabajan en la frontera, además de mejorar las condiciones en las que desempeñan su función.
Además, desde la UFP insistieron en que la relación con Marruecos sigue sin ser la deseada para que la gestión de los puestos fronterizos sea la adecuada. “La relación tiene que ser más estrecha para que el país vecino colabore de una forma más positiva”, subrayó García. A su parecer, desde hace varios años las autoridades marroquíes se encuentran totalmente sobrepasadas.
“No ponen más funcionarios y entonces los que están pasan, no tienen un sistema para que las personas hagan una cola ordenada o pasen por turnos”, insistió. “Esto lo que provoca es que las personas, que están desesperadas por cruzar pierdan la paciencia, con todas las consecuencias negativas que conlleva eso”, zanjó.
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