A falta de 13 segundos para el final el conjunto de la ciudad autónoma tuvo la bola en su poder, pero Suka-Umu se jugó un triple, que falló y luego ni Javi Vega ni Curtis Withers acertaron con sus palmeos.
Tres oportunidades tuvo el Melilla Baloncesto bien para llevarse el partido, bien para mandar el encuentro a la prórroga, en Santiago de Compostela, pero perdió por 66-64, a pesar de las bajas de Juanmi Morales, Montañana y Óscar Yebra, ante uno de los gallitos de la categoría, el Obradoiro, que se coloca entre los cinco equipos con puntaje ideal.
El conjunto visitante tuvo dificultades para entrar en partido, ya que el conjunto local recargó su juego en el interior, donde Junyent y Hopkins complicaron la labor de Glenn y Withers. Además, el acierto exterior de Bulfoni, dos triples en el primer cuarto, y la poca opción de tiro que encontró desde 6,75 Detrick, pesó como una loza para el cuadro dirigido por Gonzalo García.
El Melilla llegó a estar hasta diez puntos por debajo en el marcador, lo que obligó al técnico a solicitar un tiempo muerto, a falta de tres minutos, que sirvió de revulsivo, y recortó la diferencia a cinco puntos al final del primer período. Un nuevo triple de Bulfoni, espabiló al cuadro visitante, que comenzó a encontrar la distancia desde la línea de tres. Acertaron Detrick y Jorge Fernández, y los pupilos de Gonzalo García se pusieron por delante en el tercer minuto del segundo cuarto.
La defensa del quinteto melillense y un parcial de 0-10 acabó por desquiciar al equipo gallego que apenas tomó opciones de tiro cómodas desde la pintura, por la que había campado a sus anchas en el primer período. También bajó el acierto desde el perímetro y el Obradoiro sufrió, mientras el Melilla se sintió cada vez más a gusto.
Un parcial de 0-12 en seis minutos dio mucha tranquilidad al equipo visitante, que se centró más en defensa y complicó el poderoso juego interior local, que desapareció en el segundo cuarto, aunque comenzó a generar algún problema de faltas a Withers y Glenn, que se fueron al descanso con dos faltas cada uno.
El tercer cuarto devolvió la igualdad al encuentro, ya que Bulfoni volvió a encontrar la distancia desde el perímetro, y Jorge Jiménez sufrió en exceso ante la presión a la que se vio sometido. Cuando volvió a pista Jorge Fernández, el caos ordenado que era el Melilla volvió a funcionar y nuevamente el balón circuló fluido.
De ida y vuelta, fue el juego, con intercambio continuo de aciertos y errores, y con una demostración de la importancia de Jason Detrick como jugador importante en los finales, ya que sobre la bocina y con Feliú encima, consiguió un triple que dio una diferencia de cuatro puntos para afrontar el último período.
En éste, el Melilla volvió a sufrir, tanto dentro como fuera. La profundidad de banquillo del conjunto local se hizo notar, mientras Gonzalo García ordenaba una defensa zonal para preservar el físico de los suyos, que además complicaba el ataque del equipo gallego.
Hasta que en los segundos finales el partido se volvió loco. Anotó Javi Vega y dejó el marcador a dos puntos. Los árbitros pitaron cinco segundos de saque al Obradoiro y el quinteto visitante tuvo trece segundos para empatar o ganar. Falló Suka-Umu desde 6,75, y no pudieron Javi Vega ni Curtis Withers con los palmeos finales.
La bocina del final sonó, y la desazón se reflejó en el rostro de los jugadores visitantes, que a pesar de saberse no favoritos en el principio del partido, la seriedad y la intensidad con la que afrontaron el choque dejó la apretada derrota un sabor agridulce.