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Desmitificando la alergia a los gatos

Muchas personas dicen ser alérgicas a los gatos. Lo más común es escuchar que se tiene alergia al pelo de los gatos, pero es algo que está lejos de la realidad porque, más que ser alérgico al pelaje de estos animales, a lo que realmente se tiene alergia es al epitelio, es decir, a la caspa que produce su pelo y que se propaga en el ambiente. Además también hay otros dos tipos de alergias que no se manifiestan salvo en casos concretos. 

Quién no ha escuchado alguna vez a personas que dicen gustarle los gatos, pero lamentan ser alérgicos a ellos. O los que teniendo alergia a estas mascotas, conviven diariamente con ellas. Aunque es cierto que hay grados de alergia y formas para convivir con ellas (antihistamínicos, descongestionantes...), vamos a desmitificar lo que se esconde tras la alergia a los gatos. 

Los agentes alérgenos de los gatos no solo se centran en el pelo de estos animales, más allá de lo que muchas personas puedan creer. En realidad la gente puede ser alérgica a la caspa, a la orina y a la saliva de los gatos. “Esos son los tres principales alérgenos que tienen los gatos”, aclara Rafael Serrano, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Melilla. 

Por este motivo, cuando hay personas que dicen “soy alérgica a los gatos” es muy importante saber qué es lo que realmente produce esa alergia. Suele haber muchas personas que dicen ser alérgicas a estos animales y que, sin embargo, luego los tienen como mascotas en casa y pueden sobrellevarlo perfectamente. 

En ese sentido, hay que tener en cuenta que hay gente “más reactiva” que otra al gato, señala Serrano, quien ha visto llegar a personas a la consulta y que nada más cruzarse con un gato ver cómo su piel se enrojece por la reacción alérgica que le ha producido. 

Pero todo depende de a lo que se sea alérgico: al epitelio (caspa), la orina o la saliva. 

El epitelio (proteína que se encuentra en la caspa del animal) son como pequeñas escamas muertas de la piel que se van desprendiendo por todos los rincones de la casa, por lo que las personas que son alérgicas a ello lo pasan verdaderamente mal nada más entrar a un lugar en el que conviven gatos, explica el presidente del Colegio de Veterinarios. 

En cambio, los que son alérgicos a la saliva solo sufren la reacción si el gato le lame. Lo mismo ocurre con los alérgicos a la orina, que la alergia se manifiesta si entran en contacto con ella de alguna manera.

Algunos remedios caseros para evitar la alergia que producen van desde utilizar un irrigador nasal para eliminar la mucosidad hasta algo tan fácil como bañar al gato regularmente y reducir su necesidad de acicalarse.

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