Entre el 6 y el 9 de junio de 2024, millones de personas participarán en la configuración del futuro de la democracia en Europa con ocasión de las elecciones europeas. En España, las elecciones al Parlamento Europeo se celebrarán el día 9.
Lamentablemente, la UE no ha conseguido calar de tal forma en la sociedad como para que esta vea claramente la importancia de estas elecciones. Ni siquiera en España, un país eminentemente proeuropeo, se da ese fenómeno y la participación suele presentar unas cifras claramente más bajas que en las autonómicas y locales y que en las generales. En las últimas elecciones, las de 2019, hubo un 60,73 por ciento concretamente de votantes frente al, por ejemplo, 70,39 por ciento en las elecciones nacionales del 23 de julio del año pasado.
En esta ocasión, el número de personas que voten puede ser incluso menor, dado que no se está escuchando prácticamente nada de los comicios. Algo en España, mucho menos en Melilla. Como contraste, en todas las elecciones del año pasado se hablaba de ellas desde meses antes.
Este 2024 está siendo monopolizado, a nivel nacional, por las elecciones gallegas, primero, y luego vascas y catalanas. En Melilla, parece que todo está opacado por la operación Santiago-Rusadir y la entrada y salida de prisión de los dirigentes de CpM.
No deben de andar muy contentas todas esas voces que claman con mirar al norte y a Europa al verse en esta tesitura. Carlos Echeverría, director del Observatorio de Ceuta y Melilla, es uno de ellos. Él repite hasta la saciedad que es necesario olvidarse de Marruecos y probar otras fórmulas. Mirar al norte, concretamente. Reconoce con tristeza que las elecciones europeas siempre han sido “secundarias” para los españoles, en general, y para los melillenses y ceutíes, en particular y culpa de ello, en parte, a la política nacional, “tan pobre y tan estéril”.
Pero lo cierto es que, como recuerda en su página web la Unión Europea (UE), “el Parlamento Europeo aprueba leyes que afectan a todos: a los grandes países y a las pequeñas comunidades, a las empresas poderosas y a las jóvenes empresas emergentes, a escala mundial y a escala local”.
Asimismo, la UE anota que la legislación comunitaria aborda la mayoría de las prioridades de las personas, como el medio ambiente, la seguridad, la migración, las políticas sociales, los derechos de los consumidores, la economía o el Estado de Derecho. Hoy en día, todos los asuntos nacionales importantes tienen también una dimensión europea teniendo en cuenta el mundo globalizado en que vivimos.
Apenas quedan ya tres semanas para esa fecha clave: el 9 de junio. Poco tiempo para que los partidos expliquen sus propuestas a los ciudadanos y les hagan ver la necesidad de votar. Tampoco esta vez parece que vayan ser capaces de movilizar al electorado.
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