Hoy 8 de agosto se celebra el Día Internacional del Gato. Esta fecha fue elegida por el Fondo Internacional para el Bienestar Animal en el año 2002 con el objetivo de crear conciencia y promover la protección de esta especie doméstica. Una especie que vive en muchos hogares melillenses y que son un miembro más de cada familia. El Faro ha recopilado algunas de sus historias para conmemorar el día del gato.
Los gatos son uno de los animales domésticos más amados y queridos en todo el mundo. Sus videos inundan internet y son vistos por millones de personas cada día. Quien prueba la convivencia con uno de estos felinos suele repetir y tener más de uno en casa.
Desafortunadamente, miles de gatos en nuestro país no tienen un hogar y viven en la calle. Para hacer mejor la vida de estos mininos se han adoptado medidas para su protección y bienestar desde las instituciones. En Melilla como en muchas otras ciudades españolas se han constituido colonias felinas. Un proyecto que busca controlar el número de gatos callejeros, con métodos de esterilización y suelta, y mejorar sus condiciones con voluntarios que se encargan de alimentarlos en los sitios adecuados para ello y de avisar si algún ejemplar se encuentra en una mala situación.
En Melilla también hay instituciones que velan por su cuidado como la protectora de animales, en la que cualquier melillense puede acudir a adoptar un gato o un perro y darles una vida mejor en familia.
Precisamente este es el punto en común que tienen todas las historias que han llegado a nuestra redacción con motivo del Día Internacional del Gato. La mayoría de estas mascotas llegaron a la vida de sus cuidadores por sorpresa. Y aunque en gran medida reconocen que nunca habían pensado en un gato como compañero de vida, estos felinos pronto les robaron el corazón y fue imposible separarse de ellos.
Esto es lo que le pasó a Carlos con su gatita Galleta. Este melillense tenía muy claro que jamás iba a tener un animal en casa cuando se independizara, pero su idea pronto cambió. Un día, una compañera de trabajo se encontró un bebe gatuno en las escaleras de su trabajo y lo recogió. Galleta estuvo toda la tarde en la oficina y se fue a casa de esta compañera, pero al poco tiempo descubrió que su pareja era alérgica y no se podía hacer cargo de ella.
Como Galleta no encontraba familia, ablandó el corazón de Carlos, que decidió quedársela en casa mientras encontraba a otra familia. "Conforme entró en casa, supe que nunca iba a salir de allí", ha relatado a El Faro. Y así fue. Ahora Carlos es feliz con Galleta en su vida, pero también con Simba. Un gatito que adoptó al poco tiempo, ya que desde la protectora le recomendaron buscarle a Galleta un compañero de juegos.
Ahora Galleta tiene 4 meses y Simba tiene 3. Y quien pensaba que nunca jamás iba a tener mascotas, vive con dos.
Es una historia muy parecida a la de Imanol, quien nos ha contado que no solo no pensaba tener gatos en casa sino que hace unos años los odiaba. Tanto su madre como él no podían con el olor a orina de los gatos, hasta que hace 6 años, una gatita de un mes apareció en su trabajo. Imanol decidió subirla a la oficina, donde estuvo toda la tarde en una caja. Al enviar un video del bebé gato a su madre, esta le permitió que se la llevara a casa. Y este fue el principio de una familia numerosa de gatos.
Actualmente, Imanol tiene varios gatos en casa que viven con él y su familia en la azotea. "Allí tienen espacio suficiente para jugar todos y subir y bajar cuando quieren", señala.
Tras la primera gata que recogió de la calle, vino otra que su padre encontró muy débil en el Rastro. La tercera, cuenta, se autoinvitó. Un día llegó a casa y se la encontró tumbada en su salón, así que también se unió a la familia. La cuarta tiene detrás toda una historia de superación. Fue recogida de Barrio Cuerno, donde estaba arrinconada y en muy mal estado. El veterinario a penas confiaba en que pudiera salir adelante, pero los cuidados de Imanol, que la alimentó durante meses con leche, levantándose por la madrugada para darle el biberón, hicieron que hoy en día sea una gata sana y fuerte. "Demuestran amor a su manera, se arrinconan a tu lado mientras duermen y ronronean".
Por el contrario están los que siempre han querido vivir junto a un gatito. Es lo que le sucede a Javi, un melillense que siempre tuvo claro que lo primero que haría al independizarse es adoptar un minino y así fue. el primer día en su nueva casa vio un anuncio en el que una joven buscaba familia para un gato que se había encontrado. Así que dicho y hecho fue a por él y le puso de nombre Yuumi.
"Al principio era un diablo, todo el día estaba mordiendo cosas", aclara. Así que desde la protectora le recomendaron que lo mejor era buscarle una compañera de juegos para que se calmara. Así fue como Javi adoptó a Senna, un gatito que hizo que Yuumi se tranquilizara. "Fue la mejor decisión que pude tomar", añade.
Otros gatitos llegaron a sus hogares en Melilla por casualidad. Sus dueños no se habían planteado nunca tener mascotas en casa, pero un día parecieron en sus vidas y la mejoraron. Es lo que le pasó a Mar nada más llegar a Melilla por motivos de trabajo. Ella estaba un día durmiendo en casa de su prima y al despertar se encontró junto a ella a una pequeña gatita. Al principio, según nos cuenta, pensaba que estaba soñando, pero no. Fue el marido de su prima quien al encontrar un gato en el garaje de su casa, se la puso junto a Mar a dormir la siesta. Y es por esto, que como no podía ser de otra forma, Mar la bautizó como Soñadora.
Aunque no por casualidad, pero sí de forma inesperada también llegó Pelayo a la vida de su cuidadora, Miriam. Esta joven siempre había querido tener todo tipo de animales en casa, aunque siempre había pensado que el primero en llegar a su vida sería un perro. Fue en un viaje a la casa de sus suegros en Toledo cuando Pelayo le robó el corazón.
La gata de los padres de su novio había tenido bebés y aunque en un principio se los iban a quedar todos, su suegra, sabiendo que le encantan los animales, la animó para llevarse a uno de ellos. Al principio no sabía qué hacer, puesto que es una gran responsabilidad, pero vio la oportunidad de darle amor a un animal que seguramente viviría "entre algodones" con ella. Aunque había 3 bebés, Miriam reconoce que no sabe por qué, pero eligió al que menos caso le hizo en ese momento. Así que rápidamente fue a comprar todo lo necesario para su gato, lo llevó al veterinario para poner todas las vacunas y el chip y se lo trajo a Melilla. Ahora Pelayo es el rey de su casa. "Desde que durmió un día en mi casa, no me imagino la vida sin él", recalcó.
De los gatos siempre se ha dicho que son ariscos, independientes o pasotas, pero quien tiene uno en su vida sabe que los gatos son mucho más que eso y que bajo esa apariencia de mascota distante, hay mucho más. A los gatos les gusta pasar tiempo con sus dueños, odian estar solos y aman jugar todo el rato con sus personas favoritas de la casa. Además los michis ayudan a liberar estrés en las personas que los rodean.
Si los gatos no crearan un vínculo tan fuerte con sus cuidadores o atrajeran tanto a las personas, nadie se explicaría por qué ver videos de gatitos resulta a veces una tarea hipnótica o por qué hay ciertas personas que no se conforman con solo tener uno en casa sino que tienen cuatro o cinco gatos. No están locos, ya que según la ciencia esta locura por los gatos se explicaría por lo que estos producen en nosotros.
Existen muchos motivos para amar a estos animalitos bigotudos. Aunque hoy en día el gato es un animal doméstico que vive entre nosotros, no siempre fue así. La historia de cómo llegaron a nuestras vidas aún está envuelta en un misterio. Aún así existen evidencias científicas que afirman que la relación entre gatos y humanos comenzó hace unos 10.000 años con dos puntos en común. El creciente Fértil y la zona de Anatolia (Turquía). Su origen, según señalan los estudios, se halla en la evolución de la especie Felis Lybica. Un gato montés del norte de África.
Hoy en día en España hay casi 6 millones de felinos en nuestros hogares, según datos del último estudio de la Asociación para Animales de Compañía (ANDAAC). Es decir, una de cada cinco casas en España tiene un miembro gatuno en su unidad familiar.
A pesar de ello no son el animal favorito de los españoles. Los perros siguen siendo los reyes en los hogares de nuestro país. Todo lo contrario a lo que ocurre en Europa y en el mundo en general. Y es que según un estudio elaborado por Budget Direct Pet Insurance, los gatos son más populares que los perros en 91 países del mundo. Curiosamente, estos datos han sido extraídos de las redes sociales, en las que se han analizado las publicaciones y su geolocalización.
Cada día miles de videos sobre gatos son reproducidos en las redes sociales. Los gatos dominan Instagram o TikTok, donde incluso se han creado hashtags recurrentes para encontrar más fácilmente estas publicaciones. Los países europeos donde hay una mayor predilección por la visualización de este tipo de contenido son Islandia, donde el 91,4% de las publicaciones en Instagram son de gatos, seguido de Turquía (84,2%) o Estonia (79,9).
Si analizamos los datos de nuestro país comprobamos que las ciudades más gatunas según el estudio son Gijón (91%), Sevilla (85%) y Pamplona (78%). Esta situación también se traslada al norte de África. Así Marruecos, Argelia, Túnez o Egipto prefieren convivir con gatos que con perros.
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