Son las 10:00 horas de la mañana y Francisco y Kemal, de la Sociedad Española de Ornitología (SEO Birdlife). Con los prismáticos en la mano, se disponen a mostrar a El Faro el gran número de especies de aves a las que el parque da cobijo.
Francisco Pérez es el coordinador del grupo local y explica que esta es una visita diferente, pues si para ver numerosas especies salvajes hay que desplazarse a los bosques o alejarse de las urbes, para ver aves no es necesario. Quiso destacar la capacidad que tienen las aves para adaptarse a todo tipo de ambientes, como el que han ido a visitar esa mañana en el parque melillense.
“Tenemos una variedad bastante grande que eligen estas zonas verdes de la ciudad, incluso el centro, para estar, para anidar o pasar el invierno”, dijo.
Detalló que una parte de los tipos de aves que hay en Melilla están consideradas subespecies africanas, sin embargo, hay otras que no se pueden observar en la península como el halcón tagarote o el bulbul naranjero, considerado “la joya de la corona”, según explicó. “Aquí en el parque tenemos una cantidad bastante grande”, detalló.
Para iniciarse en la ornitología, el primer elemento necesario es la curiosidad, dijo Pérez, quien cree que esta es una forma de “disfrutar más la vida” porque cuando vas paseando por la calle uno se va dando cuenta de los distintos matices, colores y sonidos que ofrecen las aves a la ciudad.
Así pues, si hay alguien interesado puede contactar al grupo de SEO a través del correo data-original-string="X8RRiba76v6VEtNHUkDtCWi4kAx/aK5JWPKZyL3M3qE=" class="apbct-email-encoder" title="This contact has been encoded by Anti-Spam by CleanTalk. Click to decode. To finish the decoding make sure that JavaScript is enabled in your browser.">se*********@gm***.com
Así pues, observando, poco a poco, se empieza a diferenciar a las aves por su morfología: tamaño, el pico, las patas, sus colores... Luego en casa, con ayuda de un libro de ornitología o Internet se pude buscar más información sobre las que se han visto.
Kemel explicó que él se inició en este mundo el verano pasado junto a su novia cuando los dos encontraron un vencejo en el suelo bastante exhausto. Contactaron con Pérez, quien lo acogió y ayudó a su recuperación.
Asegura que está muy contento de formar parte de SEO y lo que más le ha gustado es darse cuenta de lo fácil que es observar animales salvajes tan cerca. Resalta la sencillez de coger unos prismáticos y esperar a ver las aves, incluso aprovecha los recreos entre clases para ello. “Tenemos que recordad que estamos en el norte de África” para tener en cuenta la gran variedad de especies que hay.
Sin embargo, el impacto del ser humano en la vida de las aves puede ser muy negativo. Un ejemplo de ello es cuando las personas se les acercan demasiado durante la época de cría o también el hecho de haber hecho proliferar gatos callejeros que se alimentan cazando aves. Pérez explicó que es un problema para las aves migratorias, que utilizan Melilla para descansar y es cuando muchas de ellas son cazadas.
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