Desde hace unos meses se inició la remodelación de algunas calles céntricas como General Pareja y la calle General O’donnell, lo que ha dejado el centro de Melilla en obras. El Faro preguntó a algunos ciudadanos y comerciantes qué opinan al respecto y cómo les afectan estas actuaciones. No son optimistas de cara a la temporada de Navidad ya que incluso ahora son menos los clientes los que transitan por esas calles y comercios para evitar las obras; y el descontento es palpable entre los empresarios.
En la calle General Pareja encontramos a Lola, trabaja en una joyería que se llama como ella, comentaba que la ejecución de estas obras está haciendo que poca gente pase por esa calle y que esté costando un poco de trabajo. Pedía "por favor, que termine lo antes posible". "Está afectando un poquito porque no tenemos el tránsito que hemos tenido siempre", explicaba. Aunque reconocía que se están dando prisa, pero que esas actuaciones interrumpen el comercio en lo que es toda la zona centro.
Son unas obras que se encuentran en pleno centro neurálgico, el cual está repleto de negocios locales que se están viendo afectados por el ruido y que se impida el tránsito a las diversas tiendas y establecimientos de la zona. "Tenían que haber parado un poquito y haber esperado a que pasáramos la campaña de Navidad, después de lo mal que lo estamos pasando, con todo lo que conlleva esta pandemia", explicó la joyera.
En los comercios de enfrente está la tienda Atenea, una de sus encargadas, María, contó que las obras han sido molestas, aunque en su parte de la calle, en General Pareja, están terminándose por fortuna en su zona. Los problemas que acarrean estas obras es que a la gente les resulta más complicado entrar en la tienda y se veía poquito el escaparate.
Para este comercio va a ser un poco más fácil de cara a Navidad, porque al tener esa zona más abierta y medio terminada podrá verse más el escaparate y podrán poner algún decorado más en la puerta al tener más espacio en la calle, algo que podrá incentivar a la gente a pasar a la tienda.
La pandemia del COVID-19 ha afectado a la economía pero estas obras, para la mayoría de los comercios que podían abrir supone una reducción de las ventas porque muchos clientes deciden evitar las obras y no pasar por la zona. Por eso, las expectativas de la campaña navideña se han reducido a cero. "Vamos de mal en peor", subrayaba Oña, que desconocían en su negocio que se iban a abrir las obras de todas las calles a la vez."Las clientes sin venir.
"Es un caos total y un desastre económicamente. Un desastre en todos los sentidos porque no hay por donde cogerlo", expresó. Toda esta situación se traduce al final en un cúmulo de sensaciones en las que reinan la tristeza y la indignación.
A los ciudadanos por un lado les parece bien que se haga una zona peatonal para poder pasear sin caminar entre los coches. Sin embargo, también observan que hacer estas obras ahora perjudica al comercio en esta época tan señalada. "Me parece bien por un tema peatonal pero estando cerca de las fechas navideñas me parece que hay otras fechas para hacer este tipo de obras", señalaba Miguel Ángel.
Este melillense observó que quizá la situación de pandemia, que deja una sensación de que no se va a festejar mucho la Navidad, ha hecho que los responsables de la remodelación de las calles decidan hacerlo ahora. Pero opinaba que, aunque no les parece mala que s eleven a cabo estas obras, "no es el momento". Además, cree que esto no afecta solo a los comerciantes, sino a toda la ciudadanía, y que quizá ese dinero podría haberse invertido en otras cuestiones más urgentes.
Por otro lado, otra melillense, Paqui, comentaba que la peatonalización de las calles no están mal, pero reconocía que es cierto que se llevan a cabo en fechas muy señaladas. "Estando la cosa como esta, no hay mas remedio que a lo que venga y ya esta", expresó.
Para esta empresaria, todo lo que sucede es un desastre porque cree que “el centro no se merecía esto en este momento”. No ve mal que se hagan estas actuaciones de mejoras en las calles, sostuvo, como muchos empresarios y ciudadanos melillenses, que quizá no era el momento de hacerlo. Pero los fondos europeos ya estaban asignados a estas obras y se perdería el dinero si estas no se llevaban a cabo antes del 31 de diciembre.
De modo que se han ejecutado antes de finalizar el año. Sin embargo, esto les hace preguntarse que quién será el que ampare a los empresarios afectados.”Estamos indignados, es una pena y una tristeza grandísima, hay un cúmulo de sensaciones indescriptibles”, dijo.
Lola, de la joyería de la calle General Pareja recordó que los comerciantes de la Zona Centro se pusieron de acuerdo para pedir a la Ciudad Autónoma que se paralizasen las obras hasta que llegase la Navidad, pero “parece que no han dicho nada” porque este lunes las obras continuaban desarrollándose.
La semana pasada presidente de la Asociación Zona Centro, Javier Alarcón, ya adelantaba a El Faro que pidió que se atrasen estas obras. Para muchos comerciantes esto supone un desastre económico en todos los sentidos.
Al igual que muchos de ellos, expresaba que “no era el momento ni el lugar” e indicaba que era un error que se iniciasen a vísperas de la campaña de navidad. Por ello, se pusieron en contacto con la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad, cuyo responsable, Hassan Mohatar, les trasladó que esas actuaciones no se podían retrasar porque el proyecto está financiado con fondos europeos y la inversión ser perdería si cedían a las peticiones de la asociación.
Según comunicó Alarcón a este medio, quedaban a la espera de reunirse esta semana con Medio Ambiente para negociar, en el caso de que el retraso de las obras no fuese posible, que se establecieran unas ayudas compensatorias a los comercios afectados.
Por su parte, el sábado 7 de noviembre, Mohatar dijo que dejarán espacio en las aceras para que los ciudadanos puedan entrar a los comercios de las dos calles afectadas y detalló que ya se reunieron hace unos días con el presidente de la Confederación de Empresarios al que le trasladó que siempre estaría dispuesto a ayudar en lo que necesiten los comerciantes y que harán lo posible para que estas calles no queden cerradas al público. “No va a haber ningún problema”, comentó la semana pasada el consejero, y que no querían perjudicar a nadie, pero al ser estos fondos Feder, de la Unión Europea, no quedaba otra que llevar adelante las obras.
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