La LOREG es clara: impide usar los recursos públicos para hacer campaña partidista al servicio de una candidatura electoral concreta. Lo que no impide la reformada LOREG es que un equipo de gobierno pueda hacer balance de su gestión en el marco de su estrategia electoral dentro del partido político en el que se inscribe, ni que un cargo de gobierno no pueda expresarse libremente por encontrarnos en los previos de unas elecciones.
La ley siempre se interpreta desde el sentido común a partir de hechos veraces y no de infundios indemostrables. La teoría del PSOE sobre el acto del bautismo del avión de Air Nostrum es falsa. Está desmentida no por el presidente de la Ciudad y candidato del PP, Juan José Imbroda, sino por la propia compañía aérea. Aún así, ha sido tomada como cierta por la Junta Electoral de Zona, a la que abiertamente los socialistas han logrado engañar en claro perjuicio del sistema democrático y de lo previsto por la legislación vigente.
La campaña se nos promete compleja en todos los sentidos, por eso quienes están facultados para actuar como árbitros deben ser pulcros y precisos en sus actuaciones, porque de lo contrario acabaremos subvirtiendo todas las reglas en perjuicio, sobre todo, de la grandeza de nuestro sistema político.