El acusado presenta ante el juez el parte médico de su mujer en el que no constan hematomas o lesiones. La noche del pasado 1 de julio, S.T.Y. llegó a su casa después de entrenarse en el gimnasio. Se estaba preparando para las pruebas de acceso al Cuerpo Nacional de Policía, pero al llegar a casa encontró a su esposa tirando los “cacharros” de la cocina al suelo. Al menos ésta es la versión de los hechos, que distan mucho de la declaración de K.B., quien asegura que su marido al llegar al hogar y ver que la cena aún no estaba preparada provocó una discusión y tiró del pelo a la víctima, arrastrándola por el pasillo. El Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla deberá determinar ahora qué hay de verdad en la agresión que la mujer denuncia: Un bofetón en la cara, un agarrón en el brazo y un tirón del pelo.
El marido negó ante el juez todos los hechos relatados por su esposa y reconoció que existe “mal ambiente” desde hace algunos meses. “Mi mujer no está bien. Deja a mis hijas solas en casa, les pega y se va a Marruecos. Hay malestar en casa. Me insulta y me da codazos delante de mis hijas. Yo sólo me arrodillé y le pedí que parara”, declaró S.T.Y. Aseguró que se está preparando las oposiciones a Policía para mejorar la situación económica de su familia, pero debido a la mala situación familiar de los últimos meses, dijo tener la intención de denunciar a su esposa por la supuesta desatención que tiene con sus dos hijas.
Un parte médico, en blanco
La declaración de la víctima, K.B., mantuvo los hechos denunciados, un tirón del pelo y una bofetada en la cara que le provocó, según declaró, una hinchazón y rojez en la mejilla derecha. También se quejó de un dolor en el brazo derecho, pero en el parte médico de Urgencias, que curiosamente fue aportado a la causa por su supuesto agresor, el facultativo que la atendió no reflejó lesiones o hematomas derivados de una agresión como la que describió.
Además, la declaración del médico forense que le atendió en los juzgados, dos o tres días después de los hechos, tampoco constataron las lesiones que la víctima dijo haber sufrido. De hecho, reconoció que la elaboración de su informe se basó en la declaración de la mujer y en el parte de Urgencias. En la inspección visual de la víctima no apreció hematomas ni lesión en el cuero cabelludo.
Fiscalía, acusación particular y defensa prescindieron de las declaraciones de tres policías, citados como testigos, y el caso quedó visto para sentencia.
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