El que fue durante 12 años presidente del Colegio de Médicos de Melilla, Jesús Delgado Aboy, se presenta a gobernar la Ciudad Autónoma por Vox. El candidato asegura que su formación está compuesta por ciudadanos que ven los problemas de Melilla “desde otra perspectiva” y asevera que van a por quince escaños para no tener opción de hacer pactos. El periódico El Faro le pregunta a Delgado Aboy sobre los temas en los que más se han centrado estos días.
–¿Qué es Melilla para usted?
– Para mí es mi ciudad, desde que vine aquí en el año 89 porque me llamaron para formar el equipo de Otorrinolaringología del Hospital Comarcal. Esta ciudad siempre ha sido muy entrañable, y ya la conocía de antes porque mi padre fue Coronel de Artillería y estuvo aquí de teniente. Él consideraba que Melilla era la ciudad más bonita y más española. Cuando yo llegué a esta ciudad no era como lo es ahora. Antes era mucho más segura y ahora ha habido una serie de cambios, por lo que queremos volver a lo que era antes.
–¿Cómo comenzó su trayectoria en la política?
–Ha sido de rebote porque yo he estado toda mi vida en el PP, venía de Alianza Popular. Nunca tuve ningún cargo de relevancia, pero he ayudado muchas veces en la Comisión de Sanidad con mis funciones como médico. Estuve al frente del Colegio de Médicos cerca de 12 años y sigo siendo presidente del Sindicato de Médicos y hemos estado luchando por la sanidad y por los trabajdores de esta ciudad. En estos términos he hablado con los partidos políticos, además de haber tenido contacto con los tres últimos ministros y secretarios de Estado. Me he movido en el Senado y en el Congreso de los Diputados. Cuando se produjo el cambio político en junio del año pasado, me llamo la atención que el PP, en el que yo militaba, salió diciendo que a ver si se trabajaba para hacer el hospital nuevo. En aquel momento me enfadé porque llevábamos ocho años esperando y las obras no estaban licitadas cuando me dijeron que las obras empezaban el 1 de junio. Por lo tanto, me di de baja en el partido de forma inmediata y no quería formar parte de ninguno, pero Vox se puso en contacto conmigo y planteé las circunstancias que tiene Melilla. Me dijeron el organigrama que llevaba el partido para llevar a cabo un Vox local y así defender la idiosincrasia de esta ciudad. Por eso decidí meterme en política. Los que integramos Vox no somos políticos, sino ciudadanos y como tales vemos las cosas desde otra perspectiva.
–¿Un tema que ha causado bastante polémica en la ciudad es la supuesta escolarización de niños marroquíes que no viven en Melilla, ¿qué piensa su formación y cómo daría soluciones a las familias que solicitan los ingresos de sus hijos?
–Igual que la sanidad, la educación tiene que ser para los españoles. Es una barbaridad que haya niños españoles con otros que no hablan nuestro idioma y que para recibir las clases estén con un intérprete en el mismo aula. Puede que esto sirva de algo a los niños marroquíes, pero a los españoles no, el deterioro es brutal y el avance es mínimo. Soy partidario de que a esos niños se les dé una educación, pero en su país. Por el mero hecho de que un niño marroquí lo lleven al Hospital Comarcal y tengamos que hacerle un informe de haber sido atendido, con ese papelito tiene lo suficiente para que se le pueda dar una docencia en Melilla. Por otra parte, niño musulmán, español y empadronado sí, porque hay que aclarar la diferencia: los musulmanes españoles son nuestros compañeros y conciudadanos. A los que no queremos son los marroquíes, los que no están ni censados ni empadronados, y no tienen ningún derecho porque hacer esto es marroquinizar la ciudad.
–¿Como competencia de la Ciudad, está la tutela de los menores extranjeros no acompañados, ¿Vox tiene alguna propuesta para estos chicos y chicas?
–Lo primero que hay que hacer es hablar con nuestro querido país vecino, Marruecos, y hacerle cumplir los tratados que tiene firmado con respecto a esto. Segundo: sabemos que el 90% de los menores no acompañados no lo están aquí, pero tienen a sus familias al otro lado de la frontera. De hecho es demostrable que estos niños se van cuando se dan las festividades musulmanas porque se van a Nador o Beni Enzar, algo que me parece fantástico, pero esto demuestra que estos menores sí están acompañados allí. Entonces habrá que hacer que Marruecos cumpla con los tratados y si esas familias abandonan aquí a sus hijos, hay que tomar medidas al respecto. En el caso de que haya menores no acompañados, el día que gobernemos aplicaremos la tutela real de esos niños. Si nosotros somos capaces de decirles a nuestros hijos que no deben salir, a estos niños, cuya tutela es de la Ciudad, tampoco les debemos dejar. Por tanto, a partir de las ocho de la tarde ni un solo mena va a andar por la calle.
–Desde Vox exigen más presencia policial, ¿cómo plantearían la distribución de los efectivos?
–Lo primero que tiene que haber es una buena organización en la redistribución de todo el personal de las Fuerzas Armadas. Lo que es una auténtica barbaridad es que si surge un problema en la frontera, llamen a todos los policías y esté desabastecida la ciudad y la comisaría. Para que haya una buena redistribución, tienen que aumentar los efectivos. Una vez hecho esto, se ubicarán donde sea necesario porque uno de los planteamientos de la policía era intentar hacer una pequeña comisaría cerca de la frontera. Si vemos que esto es eficaz, así se hará. Otra cosa muy importante es la dotación tanto de vehículos como de sistemas de protección porque en el último salto a la valla, fueron heridos cuatro guardia civiles y no se les ha prestado atención. Por otro lado, tienen que tener una equiparación salarial en base al servicio que están cubriendo. Además, la frontera tiene que ser permeable para los deseados e impermeable para los no deseados. Queremos una frontera segura y moderna. Estamos en contacto con algunas empresas para esto.
–Hablan de “efecto llamada” si no hay concertinas, ¿cree que con estas o con la construcción de un muro se reducirían los saltos?
– Primero voy a explicar lo del muro de hormigón porque trae mucha controversia. Lo que vamos buscando es una frontera segura y moderna como he dicho antes. Hoy en día está más que comprobado que no es un muro lo que es capaz de separar dos países distintos. Hay una tecnología muy avanzada que lo del muro puede ser hasta intangible. Las concerinas se han quitado en Melilla, pero no las de Marruecos y los inmigrantes han cruzado igual. El debate no está en concertinas sí o concertinas no. El efecto llamada es la facilidad con la que pasan, si lo hacen de una manera rápida e invaden un país y pasean alegremente camino del CETI, quiere decir que no están teniendo ningún impedimento a esa entrada. Si damos más facilidades, esto provoca un efecto llamada.
–Si tienen más dificultades para pasar por la valla y llegan por vía marítima, ¿qué tiene planteado Vox?
–Salvamento Marítimo está para salvar, pero no olvidemos que las aguas jurisdiccionales son de Marruecos y lo que me parece una barbaridad es que se vea un patera y se llame a Salvamento y a la Cruz Roja, en lugar de llamar a Marruecos. La Salvamar no es un taxi náutico ni marítimo, están para salvar a náufragos o actuar si hay un altercado. No están para recoger en Chafarinas a 20 niños y a varios adultos para que vengan a Melilla. Eso es ayudar a las mafias que trafican con personas. Es un juego que provoca otro efecto llamada.
–Como ciudad intercultural, Melilla tiene diversas fiestas y dentro de no mucho será la fiesta del borrego, una festividad que tuvo polémica el año pasado por el paso de estos animales, ¿tiene Vox pensado algunas medidas para el traslado de borregos en los pasos fronterizos?
–Para empezar, Vox defiende a todo el melillense, sea de la religión que sea. El tema transfronterizo de pasar animales, es un tema que está legislado y la ley indica lo que hay que hacer. Somos un partido constitucionalista. Si en un momento determinado, el ministerio correspondiente dice que se puede pasar, estupendo, en caso contrario, si dicen que no y hay que tomar medidas porque hay casos de fiebre aftosa, pues lo aceptaremos. Lo que está claro es que, por ejemplo, tengan que pasar coches con una enfermedad clara así porque sí. Tiene que estar prohibido porque puede entrar meningitis, enfermedades contagiosas. Hay que recordar cuando se dieron los numerosos casos de ébola en África y aquí pasaban sin más. Si una ambulancia va hacia Ceuta y le dicen que no puede pasar porque lo marca la ley y se hace sus 380 kilómetros, llega a Melilla y entra, la persona afectada ya está en el hospital para hacerle una serie de intervenciones. Los españoles son los que se hacen cargo de estos gastos. Es muy costoso y habrá que cortar. La legislación hay que cumplirla, estemos donde estemos.
–Las competencias de sanidad y educación las controla el gobierno central, al igual que en Ceuta, y tenemos la peor nota en ambos ámbitos, ¿cree que más competencias centralizadas haría que la situación empeorase?
–La centralización es primordial, sobre todo en educación. Si hubiese sido así, habríamos evitado que en Cataluña dijeran que Santa Teresa de Ávila nació en Badalona o que cualquier personaje de arraigo importante como el Cid Campeador haya nacido en Cataluña. Entonces, la centralización es correcta para que haya una unificación de criterios y unos protocolos de actuación que actúan cuando hay algún problema. ¿Qué ha pasado con el fracaso escolar en Melilla? Si se le da escolarización a niños de Marruecos, en ese mismo aula va generando más ratios y no solo eso, sino que mientras se les está explicando algo a un niño que no habla español, el otro alumno tiene que esperar a que el otro se entere. En el ámbito sanitario, pasa lo mismo. Si un hospital está hecho para 60.000 habitantes y ahora está para cubrir las necesidades de 80.000, y tenemos que atender a marroquíes, y pasan 30.000 personas todos los días, es mucho más de lo que puede absorber el propio hospital. Tenemos un juramento de atender a todo el mundo, pero nosotros tenemos una sanidad universal y el resto de países, una sanidad nacional. Esperemos que no caiga ningún marciano a Plaza de España, porque atendemos al universo entero. Esto genera que Marruecos tenga las puertas abiertas y eso no puede ser. Donde comen 50, no pueden comer 120. Hemos atendido a todo el mundo sin problema, pero cuando el aumento ha sido exagerado, hemos tenido detrimento a todos los melillenses. Primero el melillense español.
–Damos paso a los posibles escaños que pueden obtener, ¿qué expectativas hay en Vox?
–Nosotros vamos a por los 15 diputados y así no pactar con nadie, porque hay que cambiar la ciudad entera, sus partidos y los que hay detrás de ellos. Hay personas que llevan 20 años y han cambiado su manera de pensar. El melillense no es tonto y tiene memoria. Si hay un cambio en todos sus ámbitos, tiene que haber un partido nuevo con capacidad y soluciones a los problemas.
–¿Y en caso de que consigan menos de 15?
–Si tenemos que pactar, eso depende del número de escaños. Por afinidad, si hubiese un pacto, sería con el PP, pero tenemos una cosa muy clara: no tenemos personas ni imputadas, ni condenadas por corrupción. Si pactamos, que sea con personas que no estén metidas en esto.
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