El delegado del Gobierno visitó ayer por la mañana el centro acompañado por la directora territorial del Imserso, Isabel Quesada. Al terminar de inspeccionar las instalaciones, ambos coincidieron en afirmar que era imposible utilizarlas para servicios sanitarios, ya que el precario estado en el que se encuentran las plantas superiores supondría un peligro para los trabajadores y usuarios.
Como muestran las imágenes tomadas ayer por El Faro, los dos últimos pisos del inmueble necesitarían ser sometidos a un profundo lavado de cara, ya que ni siquiera los cuartos de baño tienen instalados los elementos necesarios para su uso. Para remozar estas plantas, sería necesaria una importante inversión económica por parte del Gobierno central, según apuntó ayer Quesada.
“No es razonable que el edificio esté así”, criticó El Barkani, quien recordó que el arreglo de las plantas inferiores fue una obra licitada por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero por importe aproximado de 2,3 millones de euros. Para el delegado del Gobierno, es difícil entender las razones por las que sólo se actuó en medio inmueble. “Me hubiera gustado verlo arreglado al completo. Tal y como está ahora mismo es totalmente imposible que entre en funcionamiento”, reprochó. “Es una auténtica pena. Se debería haber rehabilitado todo el centro. ¿Qué hacemos ahora con la tercera y la cuarta planta?”, aseveró.
El máximo representante del Ejecutivo central en la ciudad autónoma no dudó en apuntar a Zapatero y su equipo de Gobierno como principales culpables de que haya obras “a medio hacer”, como el caso de este Centro de Dependientes. “Estamos acostumbrados a la gestión del PSOE. Ya hemos visto ejemplos similares con el proyecto del Mercado Central o en materia de vivienda. Durante la anterior legislatura no se construyó ni una en Melilla”, apuntilló.
En definitiva, el centro no abrirá sus puertas hasta que esté completamente arreglado. Cuándo, es aún una incógnita, ya que ni siquiera existe un proyecto en firme para llevar a cabo las tareas de remozado. “Me hubiera gustado ver todas las instalaciones listas para su uso. Me queda un sabor de boca agridulce”, subrayó el delegado del Gobierno.
Buscando soluciones
Por su parte, la directora del Imserso en la ciudad autónoma aseguró que en Madrid ya están buscando soluciones para que el centro esté disponible en el menor tiempo posible. Quesada admitió que, tal y como está el inmueble actualmente, se han encontrado “con un auténtico problema entre manos”.
“Es muy difícil dar un plazo para la apertura, ni siquiera aproximado”, apuntó en declaraciones realizadas a los medios de comunicación. “Estamos inmersos en esta lucha. En la Administración del Estado nos tienen en mente y sé que están buscando una salida a esta situación”, agregó.
Para Quesada, lo principal ahora mismo es asegurar la estabilidad de la estructura y retirar los puntales que hay en la planta superior del edificio, actuación que se llevará a cabo en breve.
Más allá de esta iniciativa, no hay nada cerrado. La directora del Imserso destacó que la inversión para dejar las instalaciones listas para su funcionamiento sería cuantiosa, pues además de la rehabilitación habría que equipar dependencias como la lavandería, los baños o la cocina. “Esperemos que esté todo solucionado en el menor tiempo posible”, añadió.
Para ganar algo de tiempo, se intentará instalar todo lo necesarios para el suministro básico de agua y electricidad. No obstante, lo más apremiante es retirar los puntales de la planta alta por motivos de seguridad.
Servicios sociales
Quesada subrayó que el centro era un elemento indispensable para completar el catálogo sanitario y de servicios sociales que hay actualmente en la ciudad autónoma. Se prevé que cuando estas instalaciones abran prestarán atención personas discapacitadas de entre 18 y 60 años. Por el momento, las obras de las tres primeras plantas, recepcionadas a finales del 2012, han servido más bien de poco. El Barkani pidió explicaciones a la plana mayor del PSOE en Melilla por haber dejado el edificio a medio arreglar y lamentó este tipo de actitudes.
Una de cal y otra de arena
Durante la visita que el delegado del Gobierno realizó ayer por la mañana, pudo comprobar cómo las tres primeras plantas del edificio se encuentran totalmente adaptadas para ser utilizadas por personas discapacitadas, algo que no es extensible a las dos superiores. En algunas habitaciones de estas últimas se amontonan objetos tan dispares como sillones, enseres de cocina e incluso sillas de ruedas que, según se observa en la fotografía de arriba, tienen escritas en el respaldo la palabras ‘Urgente’.
El centro permanecerá cerrado de manera indeterminada. Quesada se mostró optimista en este terreno, aunque para que abra sus puertas es necesaria la llegada de un proyecto integral por parte del Estado para remozar las plantas que quedan.
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