La Delegación del Gobierno negó ayer que se esté atentando contra algún derecho religioso con la normativa que regula la entrada de borregos desde Marruecos. Es más, aseguró que se ha hecho una excepción encaminada a favorecer la celebración del Aid El Kebir y para proteger “las distintas sensibilidades de la comunidad musulmana de Melilla”.
En un comunicado de prensa, la Delegación quiso salir al paso de la polémica surgida en torno a este asunto y lamentó el “uso interesado y torticero” de los que a su juicio han emprendido una campaña contra la entrada de los animales.
El organismo indicó que se ha adoptado una medida excepcional para dar respuesta a aquellos sectores de la población partidarios de realizar el sacrificio con un borrego criado en territorio marroquí. Recordó, asimismo, que la legislación vigente (más aún tras la declaración de un brote de fiebre aftosa en Marruecos en 2015) “impide cualquier tipo de importación de carne o productos cárnicos procedentes del país vecino”.
En este punto, recordó que tras un acuerdo con las autoridades marroquíes se decidió autorizar el pase de los animales “con garantías higiénico sanitarias”. “Con el objetivo de asegurar la legalidad de la importación se exige que el ganado pase con el correspondiente certificado sanitario de una explotación ganadera marroquí a una melillense, asimismo, tendrá que llegar a nuestra ciudad en un transporte autorizado. La Delegación aseguró que los requisitos son idénticos a los que exigibles para la importación de ganado ovino desde la península.
Respeto a los musulmanes
Considera que estas exigencias “no sólo fomentan el respeto a la sensibilidad de algunos sectores de la comunidad musulmana de Melilla sino que protegen los intereses de la ganadería española, que podría verse gravemente perjudicada si, por causa de una importación irregular de ganado marroquí a nuestra ciudad, España quedara descatalogada como territorio libre de fiebre aftosa”.
La Delegación del Gobierno insistió en que las medidas adoptadas “no son un capricho ni un empecinamiento arbitrario” sino una consecuencia “del imperio de la ley en el obligado respeto a nuestro Estado de Derecho”.
Asimismo, desde la Administración central se aseguró que es “falso” que se esté atentando contra las tradiciones o los derechos religiosos de los musulmanes melillenses “como algunos pretenden hacer creer de forma espuria y torticera”. Insistió en que la realidad es la contraria.
Evitar la polémica
En este punto, la Delegación del Gobierno consideró que no cabe mayor polémica ante lo que “no es más que una consecuencia de la legalidad vigente”. “Convertir la celebración de la Pascua Islámica en una fuente de conflictos y en un pulso entre la oposición política y el Gobierno es tan negativo como infructuoso, pues resulta imposible contravenir el marco legal de ámbito nacional y europeo”.
Pide sensatez
La institución al frente de la que se encuentra Abdelmalik El Barkani hizo un llamamiento a la opinión pública a “la sensatez” frente a la “manipulación burda e interesada de quienes explotan la polémica con fines partidistas”. Lamentó que no se esté reparando en el daño que puede hacerse a la normal convivencia entre las distintas comunidades religiosas y culturales que conforman Melilla.
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