La delegada del Gobierno, Sabrina Moh, ha asegurado que no quiere entrar, ni ha sido nunca su intención, en un enfrentamiento con la Comisión Islámica de Melilla (CIM). Aseguró que ella en rueda de prensa esta semana simplemente explicó lo que había sucedido y aseveró que no tiene inconveniente en recibir a ninguna institución o persona. Reiteró que las puertas de la Delegación del Gobierno están abiertas para seguir trabajando con cualquiera que lo solicite.
Moh indicó que la CIM puede hacer las declaraciones que crean conveniente, pero dijo que ella no va a entrar en este tipo de cuestiones. “Simplemente quise explicar la situación y que la Delegación tiene las puertas abiertas para tratar cualquier tema que sea de nuestra competencia”, reiteró.
Y es que las relaciones entre la Delegación del Gobierno y la CIM no pasan por su mejor momento. Hace unos meses que la CIM puso en marcha una oficina de atención al ciudadano y eso provocó grandes colas de ciudadanos. En un inicio, se señaló que la CIM estaría facilitado la gestión de documentación para personas que no tienen residencia legal en la ciudad. Sin embargo, esta entidad lo desmintió y subrayó que simplemente se estaba recogiendo información sobre estas personas conocer el alcance de este problema.
Fue en esos días cuando la Delegación del Gobierno manifestó que la CIM era una entidad religiosa que no tenía competencias para hacer este tipo de gestiones. Y eso levantó aún más el muro entre ambas instituciones.
Esa semana la entidad religiosa ofrecía una rueda de prensa en la que volvía a aclarar lo que se hizo en esa oficia de atención al ciudadano. Argumentó que nunca se dijo a esas personas que hacían cola que se les fuera a gestionar la residencia ni nada similar, sino que tenían claro que se trataba de un proyecto social que tenía como objetivo realizar un estudio de las personas que se encuentran en Melilla viviendo sin tener su documentación en regla.
La CIM comentó que hay unas 2.000 personas en esta situación e hizo una serie de peticiones a la Delegación, como la paralización de los procesos de expulsión o la escolarización de todos los niños que residen en Melilla.
Ante estas declaraciones, la delegada del Gobierno dijo que no se podía hacer una regulación masiva como planteaba la CIM porque iría en contra de la legislación vigente. Y estas palabras tampoco sentaron bien en la comunidad religiosa.
De hecho, este sábado, la CIM enviaba una nueva nota de prensa lamentando que Moh usara estas palabras y la acusó de mentir. Dijo que no quieren una regularización masiva porque saben que cada caso hay que atenderlo de forma individual.
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