Malik Benaisa ofrece esta tarde una conferencia en el PEC sobre el extremismo en la religión. Explica a El Faro sus polémicas palabras en la televisión de Ceuta.
Malik Benaisa ofrece esta tarde una conferencia sobre el extremismo en la religión islámica, las causas de este fenómeno y cómo evitarlo y acabar con él. Su intervención se enmarca en el seminario que organiza hoy y mañana la Comisión Islámica de Melilla (CIM). Sobre este profesor, sin embargo, se creó una polémica al emitirse en la televisión pública de Ceuta un discurso suyo en el que decía que las mujeres que se perfumaban y salían a la calle eran “unas fornicadoras”. Explica a El Faro que fueron unas palabras violentas por las que él mismo se habría alarmado y que responde a un fallo de contexto y traducción.
–¿En qué situación está el extremismo y qué causas han propiciado que se llegue a ese punto?
–El extremismo existe no solamente en el Islam, sino en cualquier otro tipo de forma religiosa. Quiero definir la palabra extremismo dentro de la religión, rescatando textos sagrados tanto del Corán como de la tradición profética que condenan el extremismo y nos exhortan a alejarnos de él.
También queremos abordar cuáles son las causas que motivan este tipo de extremismo.
Queremos hablar, por otra parte, de las posibles soluciones. Finalmente dedicaré unos 15 ó 20 minutos a hablar de la secta peligrosa ‘Al-Jawâriyy’ que está personificada en grupos terroristas como el Boko Haram. Explicaré su metodología y las formas de prevenir a los jóvenes para que no caigan en las garras de estos malvados.
–¿Melilla y Ceuta tienen el mismo nivel y potencial de extremismo y radicalización que el resto de España o más?
–Melilla y Ceuta son lugares muy sensibles por la cercanía con Marruecos, por ese auge exacerbado, por ese renacer que muchos jóvenes quieren llevar a cabo en el Islam y por no tener a sabios eruditos en la materia. Melilla no cuenta con personas de conocimiento para enseñar a los jóvenes.
Lo que hacen los jóvenes principalmente, y digo jóvenes porque el 90% de los que caen en las garras de estos captadores lo son, lo hacen a través de las redes sociales.
Melilla se encuentra en una situación crítica en cuanto a desempleo, analfabetismo, a la situación social etc. Al tener tanto tiempo libre estos jóvenes, se dejan llevar y caen en las garras de malvados, que de una forma u otra le comen el coco y les presentan textos que desde el exterior son sagrados, que existen, pero están completamente tergiversados.
–Su conferencia habla de “curar el extremismo”, en pocas palabras, ¿cómo se cura?
–Existen una serie de puntos para que un joven no caiga en el radicalismo. Uno de ellos sería el no estar sumergido en una burbuja, ajeno al tejido social que lo rodea. Otro factor importante que lleva a cabo y que caracteriza a las personas jóvenes es que se alejan de los eruditos, de las personas de conocimiento. Los sabios son los herederos de los profetas, los que realmente nos enseñan la religión.
Otro factor es el afán de ser autodidacta, de intentar aprender por sí solo y no de personas cualificadas con licencia para enseñar a la gente. Muchos jóvenes se meten en internet, buscan en Google y no saben interpretar, caen en la descontextualización. Eso les lleva a poner en práctica su religión de forma errónea.
–No querría dejar de hablar en esta entrevista de su polémicas palabras emitidas en la televisión pública de Ceuta y que, supuestamente, decían que las mujeres perfumadas son unas fornicadoras. Se dijo que la Fiscalía abriría una investigación, ¿qué se ha sabido de este asunto?
–Hace tres años un partido político (PSOE de Ceuta) creyó que en mi discurso había apología a la violencia de género y estaba en todo su derecho de llevar esa queja a la Fiscalía. Un juez determinó que no existía dicha apología.
Hubo un error de traducción de una palabra, un error de expresión en una traducción profética. De lo que dije a lo que realmente quería decir hay una gran diferencia.
El contexto en que se llevó a cabo fue también muy importante. Era un círculo musulmán, dentro de una mezquita. Los asistentes llegaban a las mil personas y conocían este contexto.
Además, hice un paréntesis, una elipsis muy grande, porque sobreentendía que se comprendía lo que quería decir. Pero cuando apareció en la televisión pública, algo que yo no sabía que iba a pasar, se alarmó la gente. Yo también me habría alarmado.
Lo que dije es que aquella mujer que sale a la calle y se perfume es una fornicadora. Eso es violento, y duele. En realidad, la tradición profética, con los paréntesis que omití, dice que aquella mujer que salga a la calle y se perfume con la intención de intentar tener una relación extramatrimonial o íntima antes del matrimonio y la lleve a cabo… Tampoco decimos que sea una fornicadora, sino que ha cometido un pecado que está al mismo nivel que el de aquella mujer que comete una actividad íntima fuera del matrimonio o antes del matrimonio.
La diferencia es abismal. Al cabo de dos días fui a Ceuta y expliqué lo que ocurrió. A mucha gente le quedó claro y a otra no.
Aprovecho para explicar en su medio que fue una descontextualización absoluta.
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