Melilla se fue de Lleida de vacío tras un partido que se decidió en la prórroga (87-82) tras acabar el tiempo reglamentario (75-75). Las malas decisiones en ataque en el tiempo añadido frustraron las opciones de un conjunto melillense que optó al triunfo hasta los últimos compases del duelo en tierras catalanas.
El primer cuarto arrancó de la mejor manera para los de Alejandro Alcoba. Un parcial de 0-5 sirvió para llevar la batuta del encuentro el los primeros compases. Además, el desatino local con tres pérdidas, a cuál más infantil, permitió a los melillenses abrir una pequeña brecha antes del ecuador del primer asalto (4-11, 4’). En este punto el técnico local se vio obligado a pedir tiempo muerto para recomponer a su equipo y atajar el dominio visitante. La reacción ilerdense no se hizo esperar y Demetrio recortó distancias a la mínima expresión tras un gran lanzamiento de larga distancia (10-11, 7’). La recta final del primer cuarto fue un intercambio de golpes que demostró el nivel de igualdad entre ambos conjuntos para acabar en tablas el parcial (19-19).
El segundo cuarto arrancó con un Lleida crecido que se anotó un parcial de 7-0 de inicio para abrir la ventaja local hasta el 26-19 en el primer minuto y medio de parcial. La dinámica de juego catalán se impuso tímidamente pero, poco a poco, la calidad visitante mantuvo a los melillenses en el encuentro tras llegar al tiempo muerto local con un ajustado 29-27 (15’). Tras el parón solicitado por Borja Comenge el partido pareció entró en una sucesión de errores más propios de un patio de escuela de jugadores profesionales. Solo fue un espejismo y el buen juego se recuperó en la recta final de la primera mitad. A falta de dos minutos el marcador era de 32-29. Dos acciones colectivas bien ejecutadas por los de Alcoba y que se rubricaron con sendos triples de Pablo Almazán y Suka-Umu que situaron un esperanzador 32-35 para los norte africanos. El equilibrio en el marcador lo estableció el local Nevels con un triple desde los 8 metros que dejó boquiabiertos a ambos conjuntos. Con esta acción se llegó al final de los primeros veinte minutos con las espadas en todo lo alto (35-35).
La segunda mitad empezó mejor para el cuadro catalán, que liderado por el joven Marc Martí anotó un parcial de 7-2 (42-37) firmados por el mismo jugador ilerdense. La igualdad se mantuvo a lo largo del tercer periodo que se decantó ligeramente del lado melillense gracias a un Pablo Almazán que lideró la reacción del equipo con un gran acierto desde el tiro exterior. Tres triples consecutivos del veterano alero situaron el 53-57 que cerró el parcial.
La primera acción ofensiva de Melilla en el último y definitivo cuarto fue otro solemne triple de Pablo Almazán que elevó la renta visitante hasta los 7 puntos (53-60, 31’). Los hombres de Alcoba mantuvieron su ventaja poco tiempo. Cuando la grada local despertó y empezó a rugir, los jugadores de Comenge se crecieron. Así, Sutina -desapercibido hasta el momento- anotó un gran triple que hizo creer a los suyos y a la afición en la victoria (62-64, 34’). Esta acción obligó al técnico melillense a pedir tiempo muerto para tranquilizar a los suyos y centrarlos para afrontar con garantías la recta final de un encuentro que, por momentos, se veía cuesta arriba. Con una grada entregada a la causa y la presión de Lleida la dificultad era máxima. Suka-Umu tiró de galones para dirigir el juego del equipo sin acongojarse. Con empate a 68 a falta de dos minutos y medio de juego todo estaba por decidirse. Nuevamente, una gran acción colectiva de los de Alcoba permitió al Suka-Umu anotar un gran triple que permitió a Melilla cotizar al alza en el camino a la victoria. A continuación, una jugada individual de Rivero abrió una brecha de cinco puntos cómoda para los visitantes (68-73, 39). La reacción ilerdense fue también demoledora. Otro 5-0 para igualar el partido (73-73) a falta de 20 segundos. Dos tiros libres anotados por Rivero adelantaron nuevamente a los visitantes con una última posesión para Lleida. Nevels capitaneó la última acción para empatar a 75 y en la última, con tan solo 4 segundos de posesión Rivero no pudo anotar ni forzar ninguna falta.
En el intercambio de golpes del tiempo añadido fue el equipo catalán el que supo jugar mejor sus bazas para llevarse el encuentro. Así, con 83-81 y a falta de 38 segundos Suka-Umu se jugó un triple desde casi nueve metros que no tocó ni aro. En la consiguiente acción, el local Nevels sí acertó desde los 6’25 para situar el 86-81 a falta de 21 segundos para finalizar la prórroga.
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