Una seña de identidad de la primavera de Melilla es la llegada de los abejarucos, siendo como es una zona de paso migratorio de las aves. El Faro de Melilla entrevista a Manuel Tapia Claro, coordinador de Guelaya- Ecologistas en Acción Melilla para que nos transmita su emoción por "esas notas de color en el cielo" que son los abejarucos, y nos explique por qué en esta primavera, al haber menos abejas, los abejarucos se están alimentando de otras especies como las libélulas.
Los abejarucos europeos (Merops apiaster) buscan las zonas templadas y, por ello, vienen desde el invierno del África tropical a Melilla para aprovisionarse y descansar antes de emprender su ruta hacia el lugar elegido para anidar.
Efectivamente y llegan por miles, cruzan el estrecho ( la zona más accesible) para llegar a Europa. El paso migratorio de los abejarucos por la ciudad camino de la península, este año está siendo especialmente espectacular. Y todo tiene su por qué.
-¿A qué se debería que hayan llegado tantos esta primavera?
-Puede deberse a que hay sequía histórica en Marruecos y está afectando a una de las presas principales del abejaruco, que son las abejas. La ciudad de Melilla se ha llenado de abejas porque en el campo no hay flores y las abejas se resienten. Por ello están yendo a los jardines y árboles de la ciudad. Los abejarucos, buscando a sus presas, se están internando también en la ciudad. Este año, además, buscan otro tipo de presas que no sean las abejas (que escasean) como las libélulas.
-Como su presa principal es la abeja, el abejaruco está considerando en la península como un enemigo en algunos sitios, por el daño que provocan en las colmenas.
-Es un ciclo natural. Depredan sobre las colmenas porque es presa fácil. Donde hay colmenas el abejaruco lo encuentran un lugar ideal para cazar.
-Las abejas son vitales para la humanidad, la vida en el planeta.
-El problema de la abeja no es la depredación por parte del abejaruco sino por el empleo masivo de venenos para estos insectos. Lo que afecta hoy día a las abejas no es tanto pues la depredación por parte de especies como el abejaruco sino los pesticidas que se usan en el campo. El campo hoy se gestiona de una forma que se convierte en territorio hostil para algunos insectos. La Unión Europea ha emanado una legislación oficial ante las disminución considerable de abejas, que prohíbe el uso de unos determinados pesticidas que son letales, puro veneno para ellas.
-Los abejarucos hacen su "casa" en nuestra ciudad. Llenan la primavera de color, como las flores.
-Llegan a Melilla para descansar en las huertas abandonadas cerca del Río de Oro a la altura de los depósitos de la Shell. Con la renaturalización del río es una zona que tiene un excelente desarrollo vegetal y muchas especies de ave descansan allí. He de señalar, además, que nuestra tierra siempre ha sido un sitio tradicional de descanso de las aves en su ruta migratoria y, ahora, vuelve a serlo. Llegan bandadas de abejarucos porque encuentran abejas y algunos insectos como libélulas o abejorros, entre otros. Toda la primavera gozaremos del espectáculo de los bandos de abejarucos.
-¿Hasta cuándo los abejarucos estarán en Melilla y podremos disfrutarlos? Tampoco anidan ya aquí como antaño...
Era una especie que antaño anidaban en los alrededores de Melilla pero ahora no se dan las circunstancias. Anidan en taludes de tierra que se dan en los márgenes de los arroyos, de los ríos que, por su erosión, dejan una pared de tierra ideal para hacer nidos profundos y forman colonias de parejas que les protegen de los depredadores. Los arroyos de los márgenes del río en Melilla se cementaron y ya no es posible hacer nidos.
-Y se irán a otros lugares...
-A mediados de mayo ya se habrán ido hasta el próximo año, la próxima primavera. Yo espero que las huertas que han servido de descanso a los coloridos abejarucos no sean engullidas por los escombros y sigan siendo la estancia de descanso para estos pájaros en los años venideros.
-¿Podría explicar por qué eligen precisamente ese sitio para descanso y aprovisionamiento?
-Es verdad que estas huertas están sufriendo un gran deterioro puesto que se vierten escombros de forma descontrolada, la fertilidad de las tierras aluviales hace que esta primavera la zona se llene de flores silvestres de diversas especies. Los aromas y colores de las flores atraen a la presa preferida por los abejarucos, los insectos.
-Esas huertas están llenas de escombros...
-Así es, hay hay montones de neumáticos usados pero al mismo tiempo subsisten limoneros y frutales cultivados en el pasado. Esos árboles se convierten en posaderos y atalayas, pues desde ahí localizan (tienen una buena vista) a los insectos entre las flores para cazarlos, y regresan a la atalaya para seguir avistando presas. Tienen preferencia por las ramas desnudas y, en una misma rama seca, se posan varios ejemplares, algo que es un espectáculo para la vista. Son como notas de color en el cielo.
-Qué maravilla. Qué bonito...
-Y que lo diga, es un espectáculo natural incomparable debido al colorido de los plumajes del abejaruco. Un fotógrafo de la naturaleza queda extasiado ante los colores canela, verde, rojo de los plumajes de varios abejarucos en la misma rama seca.
-Para ver este fin de semana en Melilla abejarucos, ¿cuál sería un sitio especial para la observación de estas aves?
-Hay que dejarse llevar por los trinos, cuando el grupo grande de aves va volando es detectable fácilmente pues ese escucha un conjunto de trinos muy característicos del abejaruco. Los puentes de la ciudad es un lugar ideal para ver abejarucos, porque el río les proporciona abundancia de presas.
-Pero la naturaleza sigue su ciclo... atraen a los fotógrafos de la naturaleza pero, al mismo tiempo atraen y sobremanera a los predadores.
-Los cernícalos, siempre a la caza provocando un gran revuelo que con fuertes trinos avisan a las que no se han dado cuenta de que el enemigo está cerca. Los abejarucos ante los cernícalos insistentes se refugian en árboles más altos donde se ocultan hasta que creen están a salvo.
Quisiera acabar esta entrevista con la frase de Albert Einstein: "Si la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres". Los abejarucos, si desaparecieran las abejas, ya sabemos que se alimentarían de otras especies.
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