Desgraciadamente, el final de Feria melillense siempre viene marcado por la misma noticia, el intento de inmigrantes, en su mayoría jóvenes, por llegar a la península ocultos en los camiones de las atracciones.
Ayer, primer día de esta Operación Feriante, fueron trece las personas que intentaron el salto, nueve de las cuales eran menores.
Hoy, habrá una nueva intentona, porque todavía quedan vehículos de atracciones en la ciudad. Sin embargo, visto el éxito del trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que, en cumplimiento de su labor, se encargaron de desbaratar estos intentos, parece que la cosa no pinta bien.
Y no se trata de criticar la labor de policías y guardias civiles, su trabajo es ese; pero también es cierto que la tentativa de todos quienes arriesgan sus vidas para llegar al otro lado del Mediterráneo escondiéndose en esos espacios minúsculos, merece por lo menos la comprensión de todos. El futuro que les augura su país no es muy halagüeño, al margen de que, en el caso de los menores, ni siquiera se digna en reclamarlos o por lo menos hacer todo cuanto esté en su mano para facilitar los papeles que permitan devolverles con sus familias.