Categorías: Editorial

De lo público y lo privado

EL coordinador de Ciudadanos en Melilla, Eduardo de Castro, ha respondido en las redes sociales a las noticias que viene publicando El Faro sobre una supuesta financiación irregular de la formación naranja en la ciudad durante la pasada campaña electoral. También sobre el descontento interno por la forma en que él habría teledirigido el voto de afiliados para elegir el cabeza de lista al Congreso.

Como ya publicó este diario, De Castro recaudó 50 euros por barba, entregados en mano, para comprar banderas y papeletas para las pasadas elecciones generales, según denuncia un ex afiliado de Ciudadanos y admite el propio líder de la formación en Melilla. Este tipo de prácticas no está contemplada en la Ley de Financiación de Partidos.
También habría ‘animado’ a sus militantes con mensajes de WhatsApp a votar a uno de los dos aspirantes a ir de número uno a la Cámara Baja, un gesto que molestó, como es natural, al otro candidato.
En comparación con las barbaridades que Eduardo de Castro ha dicho sobre El Faro, ante estas noticias ha estado ‘comedido’ en las redes sociales. Nos encanta que haya optado por responder en clave. El pasado viernes se limitó a escribir textualmente: “el faro es un elemento de seguridad marítima ya que permite la verificación del posicionamiento en el que nos encontramos y no al revés” . Y ahí lo dejó.
Luego insinuó que nos iba la prensa rosa. Y aquí sí hay que contestar. No porque creamos que es una deshonra hacer este tipo de periodismo sino porque un señor que llama a un periódico para desacreditar a la persona que le denuncia con descalificaciones personales no puede darse el lujo de decir que aquí hay tomate.
Porque fue eso lo que hizo el coordinador de Ciudadanos. Llamar a El Faro a contar las miserias de su denunciante. Y ahí no entramos. Sabemos y nos gusta diferenciar entre lo que es vida pública y lo que es vida privada.
Otra cosa es que Eduardo de Castro entienda que lo que se dice en un grupo cerrado de WhatsApp no debe trascender a la prensa porque son conversaciones íntimas. Y es lo recomendable porque en cuanto estas intimidades salen del teléfono y llegan a un diario se convierten en noticia. Sobre todo cuando estamos hablando de supuestas prácticas poco ortodoxas de financiación de un partido político y de elección teledirigida de candidatos.
Hay muchas posibilidades de que los españoles tengamos que pasar de nuevo por las urnas. Para entonces De Castro habrá aprendido la lección y se abstendrá de volver a pagar la campaña recaudando billetes de 50 en 50.

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