El general dejará la Comandancia tras la celebración del Difas, aunque aún desconoce su nuevo destino.
El anuncio de la decisión del Jefe del Estado de renunciar al trono no consiguió eclipsar la emoción en la despedida del comandante general de Melilla, Álvaro de la Peña, que ayer invitó a los medios de comunicación a la Comandancia para despedirse oficialmente. Dijo sentirse orgulloso de la labor que realizan a diario los hombres y mujeres que componen las diferentes Unidades Militares en la ciudad y aseguró que se marcha sintiéndose un melillense más.
En los tres últimos años ha estado al frente de la Comgemel y, aunque aún desconoce cuál será su próximo destino y el nombre de su sucesor, afirmó que volverá a la ciudad con su familia siempre que pueda. “Desde el primer momento mi familia y yo hemos sido acogidos maravillosamente por los melillenses de cualquier condición. No cabe duda de que llevamos a Melilla en el corazón y seremos embajadores de todas las cualidades de esta españolísima ciudad”, recalcó. “Me siento orgulloso de haber podido mandar a estos hombres y mujeres que, con su esfuerzo, sacrificio y profesionalidad prestigian a sus Unidades, al Ejército y a Melilla”, añadió.
De la Peña destacó la excelente relación de cooperación entre las Fuerzas Armadas con las diferentes instituciones locales, pues esta relación se ha traducido en actividades que han ayudado a difundir la cultura de Defensa y abrir a los melillenses el trabajo de las diferentes unidades que componen la Comgemel. Precisamente, en Melilla, donde el Ejército tiene un “significado especial”.
En esa labor de difusión y divulgación del trabajo diario de los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, De la Peña agradeció a los medios de comunicación melillenses su papel activo y fundamental que han tenido y tienen para que los melillenses conozcan cómo trabajan las Fuerzas Armadas.