Eduardo de Castro actuó ayer como un auténtico escapista. Logró dar esquinazo a la Prensa que, madrugadora, andaba apostada en las puertas de los Juzgados desde las 08.00 horas de la mañana.
No pudo ser fotografiado al entrar, porque el Presidente de la Ciudad, que acudía a prestar declaración por su condición de coordinador local del partido Ciudadanos, utilizó una puerta alternativa, la del Registro Civil, aún cuando todavía no había abierto al público. Dicen los mentideros que utilizó su influencia para que el Ministerio de Justicia le asegurase un pase discreto que le permitiera burlar a los periodistas.
La Prensa siguió esperando, a ver si había más suerte a la salida. Pero tampoco. Siguió jugando al gato y al ratón, utilizando a sus escoltas como cebo y, en un coche particular, conducido por el que a todas luces parece ser su Jefe de Gabinete, logró zafar a los fotógrafos no sin antes pegarse una carrerita hasta el vehículo.
De Castro acudió como coordinador del partido político por el que ha logrado su rentable escaño en la Asamblea de Melilla, pero echó mano de un aparente miembro de su nuevo staff como Presidente de la Ciudad, mientras dejaba a sus escoltas oficiales haciendo el teatrillo ante los periodistas.
Lo sucedido ayer es una metáfora de lo que viene siendo su ejercicio como Presidente. Porque, aunque después se disculpó ante la Prensa, a la que dijo comprender en su interés por conseguir la foto, tanto ante los Medios como en otros muchos ámbitos sigue actuando como un escapista.
Se supone que ya cuenta con parte de su staff o cargos de confianza más directos, pero el decreto de nombramientos o no se ha firmado aún o no se ha publicado, cuando menos no aparece en el Boletín Oficial de la Ciudad ni en el Portal de Transparencia.
Su aparente Jefa de Prensa, una excompañera de este Medio, Hayda Ramos, que me causó una grata impresión tras su llegada desde Madrid sobre abril pasado, no envía las comunicaciones oficiales ni tampoco convoca las comparecencias de Eduardo de Castro por los canales debidos. Lo hace a través del grupo de wasap de ‘Ciudadanos’, lo que hace pensar que aún no está nombrada oficialmente para el puesto que de facto desempeña, aunque sí lo ha sido como Vicepresidenta de la sociedad pública que sustenta Tele Melilla, es decir Inmusa.
Y lo mismo pasa con el otrora cargo de confianza de Imbroda y antes de Ignacio Velázquez, el también columnista y excolaborador de la emisora local de la COPE, Antonio Ramírez, que además de chófer para maniobras escapistas como la de ayer hace las veces, a todas luces, de Jefe de Gabinete, aunque tampoco se sabe si está ya nombrado oficialmente.
Otro tanto ocurre con su no menos aparente Jefa de Protocolo, la candidata no electa por Ciudadanos y anteriormente diputada por el ya extinto Partido Populares en Libertad, Rosa Cuevas.
Total, misterios sin aclarar nada convenientes para un Gobierno que llegó al poder presumiendo de hacer de la transparencia su norma de comportamiento. Quizás algún día se aclare o nos aclaremos. Como es de esperar que también algún día se presente por fin el acuerdo programático en el que se sustenta el tripartito y que se lleva anunciando para su traslado a los melillenses desde hace semanas pero que sigue sin hacerse público.
El Presidente pudo ayer dar esquinazo a la Prensa para no facilitar la foto que, según él, es lo que anda buscando VOX con su denuncia por presunta falsedad documental y fraude electoral por las presuntas irregularidades que, según los denunciantes, se realizaron en la confección y presentación de la candidatura de ‘Ciudadanos’ a los comicios de mayo pasado.
Lo que no puede hacer es prescindir de un Gabinete de Prensa oficial y más durante tanto tiempo. Tampoco es de recibo que las comunicaciones o convocatorias oficiales se realizan a través de Cs y no de la institución. Es todo tan insólito como irregular, al margen de dañino para la misma institución para la que el propio De Castro exige con toda lógica el máximo respeto.
Pero así es por ahora, el tripartito funciona como si no fuera un Gobierno, al menos en lo que a Comunicación respecta y cada cual, a través de los asesores o periodistas afectos a las distintas siglas o a los cargos asignados a los distintos grupos y pagados con fondos públicos, convoca a la Prensa por su cuenta. Sin duda, en esto, el Gobierno De Castro no mejora en nada el sistema anterior, más tradicional, más regular diría yo, más normal o más en consonancia con un Gabinete de Comunicación al uso.
Pero debe ser que el nuevo Presidente no le da en el fondo mucha importancia a la información y a quienes la trabajan y, por extensión, a la ciudadanía como receptora de la misma, porque de otro modo no hay quien comprenda lo que está pasando y, lo que es aún peor, se anda tolerando.
Si esta es la transparencia del tripartito, qué no nos quedará por ver.
Como ven, no he escrito nada del tema estelar del borrego marroquí para el Aid el Kebir. Prefiero esperarme a la rueda de prensa convocada para hoy por Mustafa Aberchán. Lo que escuché ayer de Almansouri y Eduardo de Castro me sonó a huida hacia delante, a otra maniobra de escapismo con el exclusivo ánimo de mostrarse muy preocupados una vez que se sabe que este año tampoco entrarán los corderos por la frontera.
Con esa actitud, tanto la consejera como el Presidente anunciaron que van a acudir al contencioso administrativo para que sea la Justicia la que aclare las diferentes interpretaciones legales que unos y otros –especialmente CpM- realiza de la normativa vigente. Sin embargo, no precisaron en contra de qué o de quién acudirán a los juzgados. Se supone que será contra la prohibición dictada por el Ministerio de Agricultura, desde hace algo más de un año ya bajo la dirección del Gobierno del PSOE o, lo que es lo mismo, de uno de sus socios en el mismo tripartito que realizaría la denuncia. Pero, como digo, se supone porque el fuerte de este Gobierno no es aclarar las cosas sino más bien lo contrario.