EL PARO en Melilla ha bajado un 0,34 por ciento en julio y un 4,23 por ciento respecto al pasado 2019. Se trata de un dato esperanzador. Si bien es cierto que la cifra intermensual es escasa, hay que ponerla en el contexto que atravesamos. La pandemia de coronavirus ha tenido paralizada la economía nacional y local durante meses y desde hace pocas semanas se está volviendo al funcionamiento habitual, con restricciones, y la economía empieza a desperezarse. Así, que en esta situación, el hecho de que se esté creando empleo, por pequeña que se la cifra, es una buena noticia. Además, si comparamos los datos con los del pasado año, si podemos detectar una senda de mejora. Se está creando empleo y ahora mismo hay menos desempleados que los que había en julio de 2019.
Aún así, Melilla sufre de un mercado laboral reducido y la tasa de desempleo, especialmente entre los jóvenes, es de las mayores de Europa y es preciso corregir las disfunciones que generan esta situación. Si las personas que llegan a la edad para incorporarse al mercado no encuentran un empleo en la ciudad, Melilla se irá desangrando poco a poco,
Además, el cierre de la frontera ha arrebatado una porción importante a la riqueza que se genera la ciudad por lo que reorientar la economía de Melilla es más imprescindible que nunca si queremos sobrevivir en un mercado cada vez más abierto y competitivo.
Los datos sobre desempleo conocidos ayer son esperanzadores pero insuficientes, necesitamos mucho más.