Uno de los dos residentes del CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) con tuberculosis ya ha sido dado de alta. Así lo afirmaron ayer en declaraciones a El Faro fuentes cercanas a la dirección del centro. El inmigrante, por tanto, ya no está separado del resto de las personas que viven en las instalaciones, como se había hecho hasta el momento, por precaución para evitar posibles contagios.
El otro residente que también había sido diagnosticado de esta enfermedad continúa en tratamiento y aún está separado del resto para evitar que la dolencia pueda propagarse.
Hay que recordar que a finales del mes pasado este periódico publicó que había dos residentes con tuberculosis en estas instalaciones. Desde el centro no quisieron dar datos sobre estas personas para respetar su confidencialidad. Explicaron que en cuanto hay la más mínima duda de que puede haber riesgo de contagio, se les aparta. Esto, en algunas ocasiones, provoca problemas entre los inmigrantes afectados y los responsables del CETI, sobre todo en el caso de que sean reubicados antes de tener los resultados médicos, ya que creen que no tienen ninguna dolencia.
El centro sigue un protocolo de actuación cuando se detecta uno de estos casos. Antes de tener la confirmación se realizan dos análisis, primero el test de ‘Mantoux’ (consiste en inyectar antígenos en un organismo para comprobar si se ha producido contacto con la bacteria que provoca la tuberculosis) y si éste da positivo, unas placas. Después es el médico el que, a tenor de los resultados, decide si hay que aislarlo y realizarle una tercera prueba para comprobar en qué estado está la enfermedad. Mientras tanto, se le administra medicación. Si esta tercera prueba es positiva, se mantiene el aislamiento y el tratamiento farmacológico hasta que se repiten los tests para comprobar si es contagioso.
Sin resultados de la trabajadora
Los resultados de las pruebas de la trabajadora que podría estar contagiada de tuberculosis aún no han llegado, según apuntaron ayer fuentes cercanas a la dirección del centro. Hay que recordar que una empleada del CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) fue dada de baja ante la posibilidad de que pudiera tener tuberculosis después de haber estado en contacto con los residentes contagiados. Desde el centro ya explicaron que tanto las empresas como las ONG que trabajan en las instalaciones tienen unas normas propias que les dan sus responsables de riesgos laborales y los trabajadores de cada una tienen que seguir unos determinados protocolos de actuación para evitar que se puedan producir posibles contagios.
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