Un individuo podría ser condenado a un año de prisión como presunto autor de un delito de violencia doméstica. Según sostiene la Fiscalía de Melilla en su escrito acusatorio, el hombre propinó un puñetazo en el rostro a su hija después de que se iniciara en la vivienda una discusión por la desaparición de una bombona de butano. Por este motivo, también pide que no se pueda acercar a la víctima a menos de 300 metros por un periodo de un año y nueve meses, tiempo en el que tampoco podría contactar con ella.
Además, la representante del ministerio fiscal imputa al encausado otro delito leve de vejaciones, por el que solicita 15 días de localización permanente. “Yonqui de mierda”, “puta” o “bastarda” fueron algunos de los insultos que, según la acusación, profirió a la denunciante.
Los hechos que ayer se enjuiciaron en el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla tuvieron lugar en el mediodía del 29 de marzo de 2016, en el interior de una vivienda de Cabrerizas. El procesado, que actualmente se encuentra en prisión cumpliendo condena por una querella anterior de su exmujer y su hija, sostuvo ayer ante la magistrada que los hechos denunciados eran completamente falsos.
Según manifestó, no se produjo ninguna discusión entre ambos. Explicó que, aunque convivían en la misma casa, él no se acercaba a ella porque tenía una orden de alejamiento.
“Yo en mi vida le he puesto la mano encima a mis hijas”, insistió el encausado. “Juro por Dios que yo no le he pegado”, subrayó. Según dijo, cree que las lesiones que aparecen reflejadas en el parte médico de la víctima se las pudo causar el novio de ella, ya que solía maltratarla físicamente.
“Mi hija me ha puesto una denuncia falsa, igual que era mentira la que me pusieron mi mujer y ella, por la que estoy ahora en la cárcel cumpliendo condena”, sostuvo el encausado en la vista.
La denunciante, por el contrario, afirmó en la vista que el día de los hechos su padre escondió la bombona de butano en la casa de su hermano porque, tras ser condenado en un juicio anterior, pasaron siete meses viviendo juntos en la misma vivienda y él se propuso hacerle “la vida imposible”.
Según contó, ella se metió en el baño y cuando se dio cuenta de que faltaba la bombona, se lo reclamó. “De golpe y porrazo me soltó un cate en el pómulo”, dijo. Además, aseguró que él la insultó varias veces. “Me dijo de todo”. La hija reconoció que la relación entre ambos era “demasiado malísima”.
Por otro lado, declaró la sobrina del procesado. Según dijo, vive en el mismo edificio que su tío, en el que las viviendas están conectadas por lo que, si se hubiera producido una pelea, se habría enterado, punto que negó rotundamente. La mujer subrayó que las lesiones de la víctima se las pudo hacer su pareja, porque solía pegarle. “Su novio la maltrataba y ella echaba las culpas al padre”, dijo.
Un hermano del procesado, por otro lado, insistió en que a la hora en la que se produjeron los hechos él estuvo con el acusado en la mezquita. Otra hermana del procesado, que vive en el mismo edificio, subrayó que ni escuchó ninguna pelea ni vio que su sobrina saliera de la casa con lesiones en el rostro. “Yo no le dirijo a ella la palabra porque se ha portado muy mal con la familia”, aseguró.
El letrado pidió que su cliente fuese absuelto ya que, según apuntó, no había más pruebas que la palabra de la denunciante. La fiscal solicitó el dictado de una sentencia condenatoria. La magistrada decidirá.
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