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Cuidarse después de la Semana Santa

La Semana Santa es época de tradiciones religiosas y culturales, además de culinarias. En la gastronomía española existen un sinfín de platos típicos de estas fechas que se elaboran en la mayoría de casas al llegar la Pascua y que forman parte de las costumbres de muchas familias de tradición cristiana.

Las torrijas en sus distintas formas, el potaje de vigilia con bacalao, los buñuelos, la leche frita o el arroz con leche son algunos de los platos que no pueden faltar en esta época del año.

Pero esta costumbre se extiende también a numerosos bares y restaurantes o panaderías. No es raro de ver que los platos más típicos de estas fechas formen parte de la carta de muchos bares o que las paderías muestren en sus vitrinas una extensa gama de dulces festivos.

Precisamente uno de los puntos que hay que tener en cuenta es que muchos de estos productos son de consumo ocasional debido a su alto contenido en azúcares aunque muchas personas suelen olvidarlo y se dan el capricho durante la semana.

Por este motivo, El Faro ha consultado a la experta en nutrición, Marta López Ortuño, dietista en Melilla para conocer cuáles son los consejos en cuanto a alimentación que aporta a los lectores de este diario si nos hemos pasado estas fechas con los postres y dulces. Ortuño nos habla de cómo debe ser nuestra dieta en los días posteriores a Semana Santa y qué debemos evitar.

"Después de una semana de excesos durante la Semana Santa, es importante volver a una alimentación equilibrada", resalta la dietista. Algunos consejos nutricionales que recomienda son:

1. Hidratarse bien: Beber mucha agua ayuda a eliminar toxinas del cuerpo y a mantenerse hidratado después de consumir alimentos ricos en azúcar.

2. Consumir alimentos ricos en fibra: Frutas, verduras y cereales integrales ayudan a regular el sistema digestivo y a eliminar toxinas.

3. Reducir el consumo de azúcares refinados: Optar por edulcorantes naturales como la miel o el sirope de agave en lugar de azúcares procesados.

4. Priorizar alimentos frescos y naturales: Evitar alimentos procesados y optar por opciones más saludables y nutritivas.

5. Moderar las porciones: Controlar las cantidades de comida ayuda a no sobrecargar el sistema digestivo.

En cuanto a una dieta depurativa, la experta señala no existe una única dieta que funcione para todos. Aún así aconseja seguir pautas generales como aumentar el consumo de líquidos, especialmente agua y té verde, y priorizar alimentos bajos en calorías y ricos en nutrientes como verduras, frutas y proteínas magras. "Es importante consultar con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier tipo de dieta depurativa para asegurarse de que sea adecuada para ti y no presente riesgos para tu salud", recuerda.

Tras haberse excedido en alimentación durante varios días seguidos, Marta López recomienda evitar alimentos procesados, ricos en azúcares y grasas saturadas. "Debes limitar los dulces, las frituras, las bebidas azucaradas y los alimentos procesados. En su lugar, opta por alimentos frescos, como frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros", subraya.

Después de la abstinencia de carne

Una de las tradiciones más férreas que se siguen durante la Cuaresma y la Semana Santa es la de no comer carne en días señalados. Alguno incluso, la evitan durante toda la semana de pasión. Por este motivo, la dietista aporta varios tips para aportar a nuestro cuerpo los nutrientes que deja de percibir cuando se baja la ingesta de carne.

Ortuño aconseja consumir alimentos ricos en proteínas alternativos, como:

1. Legumbres: Frijoles, lentejas, garbanzos y guisantes son excelentes fuentes de proteínas, hierro y fibra.

2. Productos lácteos: Leche, yogur, queso y huevos son opciones ricas en proteínas y otros nutrientes importantes como calcio y vitamina D.

3. Pescado y mariscos: Son una fuente de proteínas magras y ácidos grasos omega-3, que son beneficiosos para la salud del corazón.

4. Tofu y tempeh: Estos productos a base de soja son alternativas vegetales ricas en proteínas y versátiles en la cocina.

5. Frutos secos y semillas: Almendras, nueces, semillas de chía y de girasol son opciones ricas en proteínas, grasas saludables y otros nutrientes.

"Al incluir una variedad de estos alimentos en la dieta durante la Semana Santa, se puede asegurar la obtención de los nutrientes necesarios para mantener una alimentación equilibrada sin consumir carne", destaca.

En este sentido, ha resaltado las consecuencias que produce en nuestro cuerpo la falta de los nutrientes que aporta la carne sino se ha sustituido por otros alimentos que la compensen. Entre ellas explica que la falta de carne puede afectar al organismo de diferentes maneras:

1. Deficiencia de proteínas: La carne es una importante fuente de proteínas de alta calidad, necesarias para la reparación y el crecimiento de tejidos. La falta de proteínas puede afectar la función muscular, la salud de la piel y el cabello, y la capacidad de recuperación del cuerpo.

2. Deficiencia de hierro: La carne, especialmente la carne roja, es una fuente importante de hierro hemo, que es más fácilmente absorbido por el cuerpo que el hierro no hemo de origen vegetal. La falta de hierro puede conducir a la anemia y causar fatiga y debilidad.

3. Deficiencia de vitamina B12: La carne es una de las pocas fuentes dietéticas de vitamina B12, esencial para la salud del sistema nervioso y la formación de glóbulos rojos. La falta de esta vitamina puede causar fatiga, debilidad y problemas neurológicos.

Para equilibrar la falta de estos nutrientes después de la Semana Santa, se pueden seguir los siguientes pasos que ha detallado:

1. Incluir fuentes alternativas de proteínas en la dieta, como legumbres, productos lácteos, pescado, tofu y frutos secos.

2. Consumir alimentos ricos en hierro no hemo, como espinacas, legumbres, frutos secos y cereales fortificados. Para aumentar la absorción de hierro, se puede combinar estos alimentos con fuentes de vitamina C, como cítricos o pimientos.

3. Considerar la suplementación con vitamina B12 si se sigue una dieta vegetariana o vegana, ya que esta vitamina se encuentra principalmente en alimentos de origen animal.

4. Mantener una dieta equilibrada y variada que incluya una amplia variedad de alimentos nutritivos para garantizar la ingesta adecuada de todos los nutrientes necesarios para la salud.

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