Salvamento Marítimo trasladó ayer a Puerto Noray a los 34 ocupantes de una patera, que salió, a las cinco de la madrugada, de Nador y que a media tarde se encontraba a la deriva a 13 millas de Melilla.
Como de costumbre, un miembro de una ONG alertó a las autoridades españolas de la emergencia para que procedieran al rescate.
También ayer los melillenses que entraron a la ciudad por el paso fronterizo de Beni Enzar pudieron ver a refugiados sirios merodeando por el control aduanero marroquí con la intención de pasar a Melilla a pedir protección internacional.
Ya la semana pasada, un reportaje de Radio Francia Internacional (RFI) hablaba de una bolsa de 6.000 inmigrantes subsaharianos asentados en la ciudad de Fez, con planes de desplazarse hacia Melilla para saltar la valla.
Después de un año relativamente tranquilo, la presión migratoria empieza a dejarse sentir.
La semana pasada (26 de mayo) una treintena de subsaharianos saltó la valla y aunque sólo uno de ellos logró entrar en Melilla, no nos engañemos, los que fueron “rechazados” volverán a intentarlo.
Previsiblemente la patera que ayer fue desviada a Melilla no tenía la intención de venir a a la ciudad. Llegar a la península no les asegura que no les subirán a un avión de vuelta a sus países de origen, pero les garantiza que no pasarán meses deseando cruzar el Mar de Alborán para salir de aquí, dejar atrás el CETI o el centro La Purísima.
En la embarcación que llegó ayer a Puerto Noray viajaban ocho menores de edad. Uno de ellos, un bebé de apenas año y medio. Todos serán enviados a los centros de acogida de menas, que están llenos hasta la bandera.
Justo ayer el consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, avanzó el convenio que la Ciudad ha alcanzado con la Junta de Andalucía para darles menas en acogida. Que conste que no nos sale gratis. Cada niño nos costará 300 euros al mes y un máximo de 500 si se da a una familia especializada, que esté preparada para atender a menores, por ejemplo, con discapacidad.
Bienestar Social ha buscado varias alternativas para descongestionar los centros de acogida de menas y es bueno que nos demos prisa. Los refugiados sirios tarde o temprano volverán a intentar entrar en Europa a través de la frontera de Melilla. Sólo es cuestión de tiempo.
Ayer representantes de Save the Children pasaron por el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) y se llevaron una grata sorpresa: en las instalaciones ya se permite que padres, madres e hijos duerman juntos. La ONG anima a que se haga lo posible por mantener esta situación incluso si hay un repunte de la llegada de inmigrantes. Es sólo cuestión de tiempo.
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