Aceptó la pena mínima, tras el acuerdo con el Ministerio Fiscal, si bien intentó darse a la fuga en el momento de la detención. Un hombre de nacionalidad marroquí aceptó ayer la pena mínima por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, también conocido como tráfico de inmigrantes, al intentar pasar a Melilla con un inmigrante bajo el capó. La letrada de la defensa y la Fiscalía llegaron a un acuerdo por el que el acusado, Y.A., de 32 años pasará cuatro años en prisión.
Los hechos sucedieron el pasado 5 de febrero en la frontera de Beni Enzar, cuando Y.A. intentaba entrar a Melilla con un turismo que enseguida levantó las sospechas de la Guardia Civil. Gracias a la máquina que detecta los latidos del corazón, los agentes actuantes consiguieron rescatar a un inmigrante oculto bajo el capó del coche.
Intentó darse a la fuga
El acusado, al ser descubierto, intentó darse a la fuga en dirección a Marruecos, pero inmediatamente fue detenido en la misma frontera por parte de un agente del Cuerpo Nacional de Policía (CNP).
El capó del coche estaba atornillado por lo que los agentes de la Guardia Civil tuvieron que arrancar con fuerza la placa metálica, bajo la que encontraron a un hombre, que dijo proceder de Guinea Conakry. El inmigrante tuvo que ser auxiliado para salir del habitáculo, situado encima del carburador y de reducidas dimensiones. Ayer acudió a la vista oral que se celebró en la Sección 7º de la Audiencia Provincial de Málaga en Melilla en calidad de testigo, pero no hizo falta su testimonio así como el de los agentes actuantes en la operación, pues el acusado aceptó los hechos y la pena acordada previamente con el Ministerio Fiscal.
Abandono en dobles fondos
La acción de la Justicia en los casos de tráfico de inmigrantes se está intensificando en los últimos meses. El juicio de ayer pone en evidencia la rapidez con la que se están enjuiciando a los acusados de este delito, pues fue detenido el pasado 5 de febrero. Las penas por delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros oscilan entre cuatro y ocho años, según los atenuantes o agravantes que se tomen en consideración.
Se toma como agravante el hecho de que el doble fondo en el que viaja el inmigrante suponga un peligro añadido para la vida del mismo. En este caso, el joven guineano encontrado bajo el capó del coche pudo haber respirado gases nocivos del motor del coche. La Guardia Civil cree que los propietarios de estos vehículos abandonan el coche tras pasar la frontera por miedo a ser detenidos, dejando a su suerte a los inmigrantes que viajan ocultos en dobles fondos, con el consiguiente peligro para su vida.
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