“En Cuaresma, hay que hacer un ejercicio de conversión, de reconocimiento de errores para tratar de crecer como personas y como cristianos”. Con estas palabras se refirió ayer el párroco castrense a este periodo previo a la Semana Santa, durante un acto celebrado en el Hotel Melilla Puerto en el que se habló de las tradiciones de esa festividad, como el uso de la mantilla.
Bajo una gran afluencia de público, Sierra concretó en la jornada ‘Semana ‘Semana Santa. Tradiciones y costumbres’ que ese ejercicio de reconocimiento de las faltas del periodo de Cuaresma debería traducirse en los gestos de los cristianos en la relación con los demás y también realizando obras de caridad.
Sierra también habló de la abstinencia de comer carne durante los viernes de Cuaresma y de su significado. Acerca del ayuno, el párroco indicó que cree que no es lo que más preocupa a los cristianos. “El problema que tenemos hoy en día es abrir nuestro corazón y nuestro bolsillo a los demás”, apuntó en el acto, que ha sido organizado por la Consejería de Presidencia, en colaboración con la Fundación Melilla Ciudad Monumental y la Vicaría Episcopal.
Tras la charla del párroco, los asistentes pudieron degustar una merienda con dulces típicos de Semana Santa. Además, durante todo el tiempo que duró el acto, los niños pudieron participar en un taller de manualidades en un espacio habilitado para ellos con el fin de que sus padres pudieran participar tranquilamente en la jornada.
Después, la presidenta de la Fundación Melilla Ciudad Monumental, Maribel Pintos, dio una charla sobre la historia y significado de la mantilla y tiró de recuerdos personales para explicar a los asistentes el origen de su “cariño” por esta prenda femenina.
“Te la tienen que poner”
Pintos señaló que hay algunos modistos que preparan la mantilla y la dejan montada en la peina, pero Pintos explicó que “se nota”. “Te la tienen que poner”, aclaró.
Por ello, además de la charla, hubo un taller práctico para enseñar a usar esta prenda y se habló de los complementos que acompañan a esta prenda, como la peina y el rosario. Pintos hincapié en que no es apropiado que las manolas lleven minifalda. “No vamos a un desfile de modelos”, puntualizó, recordando que portar la mantilla representa el luto por la muerte de Jesús.
Eso sí, reconoció que llevar la mantilla es un “luto de lujo” aunque también precisó que aunque una mantilla bordada a mano es “muy costosa”, las imitaciones están muy conseguidas y son más asequibles. Pintos dijo que la tradición no se está perdiendo y cada vez hay más “jóvenes” que salen como manolas en las procesiones.
Por su parte, la consejera de Presidencia, Paz Velázquez, apuntó que muchas veces las tradiciones cristianas han estado un poco olvidadas por parte de los actos de la Ciudad porque se ha intentado fomentar el resto de religiones que conviven en Melilla. “Pero se tienen que dar a conocer todas”, recalcó.
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