En ocasiones, el letrado no acude a tiempo a la vista, por lo que se enfrenta a una sanción, que impone el juez, como mínimo de 100 euros.
Es frecuente que en los juicios que se celebran en Melilla, los acusados no asistan a la vista. En ocasiones, ésta se celebra, (si la pena solicitada es inferior a dos años de cárcel), en ausencia del procesado. Sin embargo, no ocurre lo mismo cuando el gran ausente es el abogado de la defensa o de la acusación particular. No son habituales estos casos, pero la semana pasada la juez de lo Penal 2 tuvo que suspender y aplazar hasta tres juicios porque los letrados no estaban a su hora en la sala de vistas. Todos ellos se enfrentan ahora a una sanción de 180 euros, si bien la cantidad de la multa puede aumentar si el abogado es ‘reincidente’.
Para los abogados no es plato de buen gusto conocer la noticia de que han sido sancionados. Los motivos suelen ser diversos. Hay días en que un mismo abogado tiene varios juicios que están señalados a la misma hora o con un margen de tiempo escaso para poder llegar a tiempo de una sala de vistas a otra, máxime si los juicios se celebran en diferentes plantas de la Torre Norte del V Centenario.
En otras ocasiones, una breve visita al aseo puede acarrear una multa y, en otros casos, un fallo en la notificación al abogado del día y hora de su juicio desemboca en la odiada multa.
Esta última circunstancia fue, al parecer, la que motivó el pasado miércoles en el Juzgado de lo Penal 2 la suspensión y aplazamiento de tres juicios. Los letrados argumentaron que no habían recibido la notificación del juicio, por lo que algunos llegaron a la sala de vistas con la lengua fuera y con cara de sorpresa. Pero, sin duda, conocer que la juez les había impuesto una multa les causó estupor. Algunos asumieron la sanción y pidieron disculpas a la magistrada, otros discutieron sobre los motivos de la misma.
En todo caso, los letrados tienen la opción de recurrir dicha sanción ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), quien decide si quitar la multa o mantenerla. La cuantía de la misma dependerá de la ‘reincidencia’ del abogado.
De la misma manera que un juez se ve obligado a suspender un juicio por la ausencia del abogado, también sufre el ‘plantón’ el propio acusado que ve que se acerca la hora del juidio y su defensor no hace acto de presencia. En este caso, el procesado tiene la posibilidad de poner una queja en el Colegio de Abogados.
La (im)puntualidad
Si bien hay jueces en Melilla que gustan de cumplir con puntualidad los juicios previstos para una jornada, no todos los juzgados pueden presumir de una puntualidad británica. No es culpa de ninguna de las partes.
Los retrasos pueden deberse a incidencias técnicas, como a veces sucede con las videoconferencias, o que la vista se prolongue más de lo esperado por la complejidad del caso o por el número de procesados o testigos a declarar.
Por su lado, es también frecuente que, entre los abogados, se quejen del tiempo que tienen que esperar en los pasillos para que se celebre su juicio.
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