Opinión

Cuando el alma me resulta pequeña

Cuando lo que más he querido se me va, no tengo alma suficiente para albergar tanto dolor.

Por eso me aferro como se adhiere la lapa a la roca a cualquier cosa que pueda taponar el hueco por el que en determinados momentos deseo que se me vaya la vida.

Las noches se me hacen interminables, miro y miro el reloj queriéndole decir que aligere sus manillas para que el día llegue pronto y me ocupe con algo que me permita poder respirar. Pero algunas veces ese día llega nublado y con muchas carencias para poder distraer al sentimiento que me devora.

Supongo que el tiempo me irá marcando los distintos caminos que he de andar, y cuando haya recorrido todos esos caminos y me toque partir, quisiera tener la esperanza que ese amor que se me fué aquel día me estará esperando para que juntos de nuevo podamos disfrutar y completar todo aquello que dejamos de llevar a cabo.

Cuando el dolor es tan grande, qué pequeña resulta el alma.

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