Queridísimos: ¿Me permitís empezar esta semana con una pedantería? Os lo agradezco. Veréis; nunca me ha gustado hacer mención de los libros que leo, ni hacer citas literarias que pueden encontrarse en cualquier libro de aforismos y desde luego en internet. Sin embargo hoy, al empezar a escribir estas líneas, no resisto la tentación de reflejar la impresión que me ha producido leer una joya, un breve texto, en el que su autor, el señor Cipolla (don Carlos María), recogía los principios que distinguen a aquellos que se perjudican a sí mismos y a los que los rodean. El librito en cuestión lleva por título ‘Las leyes básicas de la estupidez humana’. Lo he encontrado en uno de esos mercadillos ambulantes que transitan aún por playas poco conocidas. Un euro me costó. El libro fue escrito en 1.976 y reeditado en 1.980 con el título ‘Allegro ma non troppo’. Relata una serie de reglas para detectar a los estúpidos. Así, la regla número 1 señala que “siempre e invariablemente todo el mundo, infravalora el número de estúpidos en circulación”. La realidad confirma esta tesis y estamos viendo en estos atroces días cómo personas que considerábamos racionales se comportan de forman “desvergonzadamente estúpida” (sic).
Me detengo en la regla 3, verdadera regla de oro; “un estúpido es una persona que ocasiona pérdidas a otra persona o a un grupo sin que él se lleve nada o incluso salga perdiendo”.
Así va desgranando reglas de las que hago gracia al lector, que tienen como corolario el de “una persona estúpida es más peligrosa que un bandido”.
Me he permitido esta especie de escolio, porque el esperpento que llevamos padecido con la constitución de la llamada ‘Mesa del Congreso’ supera todas las marcas de la estupidez, de la inconsciencia y de la frivolidad. Por no decir del espectáculo que se está dando por todas las fuerzas, principalmente de las llamadas izquierdas, con vistas a las consultas que el Rey está haciendo con algunos partidos políticos (casi todos los aliados del Sánchez no reconocen al Rey y no acuden a la consulta), para encargar a un candidato la formación del gobierno, previa la votación de la investidura del mismo en el Congreso.
Peleas y tiritos en unos, amenazas sutiles o broncas en otros, frivolidad y postureo en todos.
Después no querrá mi fraterno Angelito Arenas que no sea pesimista ante la realidad que nos circunda. Pues sí, siento tristeza ante la posible victoria de los verdaderos reaccionarios y ante la inmensa torpeza de los presuntos ilustrados. El enemigo, no el adversario, el enemigo que hay enfrente, es de constitución ciclópea y conocedor de todas las triquiñuelas, trampas y atajos para desnaturalizar la nación. Y aquí andan nuestros amigos, tirándose tiros a los pies y jugando a la gallinita ciega a los bordes del precipicio.
En la baja tarde de este martes cuando empiezo a escribir estas líneas llego a la conclusión de que también en el manejo de los tiempos políticos hay que tener eso que por mi baja salinidad andaluza se llama ‘duende’. Nunca supe acotar bien el término, pero lo asemejo a unas verónicas eternas de Curro, a un antiguo pregón callejero de caballas caleteras por las calles de Cádiz, por un paseo silente por la judería de Sevilla. O sea, algo dificilísimo de encontrar en Sabadell, o en Cintruénigo o en cualquier páramo de esos. Pues en eso estamos, carentes de gentes con ‘duende’ y sobradas de estupidez.
Hago un alto y me releo parte del ‘Romancero Gitano’ de Lorca. Nunca reparé en el romance del ‘Camborio’, con aquello de que en el entierro de este van acompañándole los seres y cosas más inesperados. No se explica satisfactoriamente por qué van, pero entre otras cosas, anota el poeta, que en el cortejo: “detrás va Pedro Domecq con dos sultanes de Persia”. ¿por qué iría el acreditado vinatero jerezano en tan oriental compañía, en el fúnebre cortejo? Me he encontrado otra vez con el ‘duende’. Esta vez de verdad.
Cuando menos lo espero, salta la noticia de que el Rey ha encargado la formación del gobierno, y por ende presentarse a la investidura en el Congreso, al señor Núñez Feijóo (don Alberto). Supongo que la podemia va a ladrar y berrear lo que no está escrito, habida cuenta de las presiones de todo tipo que se han ejercido en estas semanas sobre la Jefatura del Estado. La Casa Real emitió después de la propuesta un comunicado, absolutamente innecesario a mi juicio, en el que se explicaba el porqué de la designación de don Alberto. Las prerrogativas del Rey, como las sentencias del Tribunal Supremo, no necesitan explicación alguna, están para ser cumplidas. Sonaba a intento de aplacar a la podemia en general y al Sánchez en particular.
Supongo que estas gentes harán todo lo posible para evitar el margen de negociación que pueda tener don Alberto, con vistas a la tantas veces mencionada ‘investidura’. Solo el pensar en los desaires, conspiraciones, ninguneos, que va a tener que soportar el Rey en caso de que otra vez el Sánchez forme el gobierno, da miedo. Sinceramente no sé qué pasará y si se podrá salir de esta situación diabólica en la que estamos sometidos, desde que aquel señor Rajoy (don Mariano) propició la entrada de los nuevos ‘bárbaros’ en nuestra Roma particular.
De cualquier forma, como cofrade militante que soy, siempre tengo claro que hasta que no pase el último cura, no acaba la procesión.
Os informo de los días más bizarros conmemorados recientemente:
Día 22 de agosto; Día Mundial del Folclore.
Día 23 de agosto; Día Mundial de la conmemoración del comercio de esclavos y su abolición, Día Mundial del Internauta, Día del Hasthag.
Día 25 de agosto; Día Internacional del Peluquero.
Día 26 de agosto; Día Internacional contra el Dengue, Día del Perro (en Estados Unidos y en algunos países de Hispanoamérica).
Coda veraniega:
a) Por desventura, la ex alcaldesa de Puertollano sigue siendo ministra (en funciones, pero ahí está).
b) No está confirmado que el disoluto Simón esté enredando en el caso de las llamadas ‘lenguas cooficiales’ en el Congreso.
c) Nos empeñamos en enturbiarlo todo: ni el campeonato mundial de balompié femenino en el que nuestra selección nacional ha quedado campeona, ha quedado libre de discusión; por un lado, el Rubiales, por otro, la ausencia casi completa de banderas españolas (solo vi la de Leticia y la de la Infanta doña Sofía) y para colmo, el intento de patrimonializar el éxito nacional por parte del llamado “más que un club”. Una pena.
d) Dije más arriba y reitero en esta coda; si el Sánchez, tiene como aliados al prófugo, a separatistas declarados y a gentes que ni acuden a la llamada del Rey, supongo que éste tendrá las carnes abiertas con solo pensar en un gobierno de esta laya.
Que no le falte agua al elefante.
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