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"Creo que se está empezando a dar pasitos. Hay que desarrollar muchos negocios digitales en Melilla"

El pasado mes de enero el melillense Nacho García Egea fue nombrado como el nuevo jefe global de ciberseguridad (CISO, en inglés) de la compañía BeDisruptive y habla con El Faro sobre sus inicios en Melilla y su carrera profesional. 

García Egea es el encargado de velar por la seguridad de los sistemas y de los datos de la compañía y de sus clientes y así evitar los posibles ataques de los ciberdelincuentes. La ciberseguridad, explica, no es más que un dominio dentro de la seguridad física y la seguridad lógica. 

“Ahora todos nuestros datos están digitalizados y nuestra presencia es digital. Toda la protección o todo lo que  puede sufrir un ataque por los ciberdelincuentes entra dentro del dominio de la ciberseguridad”, señala. 

Pero aunque ahora reside y trabaja en Madrid, Nacho García es del barrio del Real “de toda la vida” y estudió en el Colegio de La Salle. Después de hacer el bachillerato científico se marchó a estudiar a Málaga, donde hizo un grado superior en Administración de Sistemas Informáticos. Comenzó a estudiar Ingeniería en Granada y luego en Madrid, pero no la acabó y comenzó a trabajar directamente. 

A los 24 años ya se dedicaba profesionalmente a la ciberseguridad, pero lo cierto es que desde que era muy pequeño (con unos trece o catorce años) ya era un hacker ético. Empezó con todo ello cuando Internet llegó a las casas y en Melilla aterrizaron los cibercafés. 

Comenzó como un hobbie. Por la mañana estudiaba lo que podía, por las tardes se dedicaba a pintar o hacer grafitis y en las noches se sumergía en Internet para aprender todo lo que pudiera sobre ciberseguridad. 

“En mi época, ser hacker era un tema más romántico”, comenta. Y es que, por entonces, todavía no estaba el sector tan profesionalizado como ahora con las mafias, que se lucran al falsear la información. Cuando era un adolescente se conectaba al IRC, chateaba con otra gente e intentaba ponerse retos para aprender a hackear. 

Siempre aprendiendo

Aprender de forma autodidacta hace veinte años no era igual que ahora. En ese sentido, las nuevas generaciones lo tienen mucho más  a mano de lo que García lo tuvo en su época. Por aquel entonces todo se reducía a la investigación pura y dura. “No teníamos Google. No teníamos Youtube ni TikTok. Antes la información estaba mucho más acotada y tenías que investigar más”, explica. 

Su aprendizaje, y el del resto de la comunidad en España, se basó en foros de internet, blogs de extranjeros y pequeños grupos de hackers donde era fundamental la retroalimentación, es decir, compartir conocimientos entre unos y otros. “Uno era más especialista en temas de desarrollo, otro hackeaba videojuegos y aquel era capaz de romper un servidor. Íbamos aprendiendo unos de otros”. 

Todo lo que fue aprendiendo le sirvió para evolucionar profesionalmente y conseguir trabajar nacional e internacionalmente en empresas “top” del sector, como Orange, Ernst & Young, PwC, Entelgy o ahora en BeDisruptive. “En cada uno he ido aprendiendo, poniéndome retos y cumpliéndolos. 

Sin embargo, después de todos estos años y con una carrera ya consolidada, Nacho García nunca ha dejado de ser autodidacta. Su profesión necesita que esté constantemente aprendiendo para estar al día de los principales avances tecnológicos. “Hay que estar al día. Si no al día, por lo menos a la semana. Es importante estar actualizado”, detalla. 

Actualmente, además de su carrera profesional, también desarrolla mucho su marca personal con publicaciones en LinkedIn, newsletters de ciberseguridad y charlas.

Melilla, en buena dirección

Uno de los planes de la Ciudad Autónoma es impulsar los negocios digitales y el sector tecnológico para reactivar el motor económico de la ciudad. Como miembro de Cluster Melilla, García Egea opina que, en ese sentido, la ciudad comienza a dar ese empujón que necesita. 

“Creo que se está empezando a dar pasitos.  Queda todavía mucho que hacer, pero se está empezando. Hay que desarrollar muchos negocios digitales, no sólo lo que acaba de aterrizar en Melilla, de los negocios del juego que están empezando a  desarrollarse allí,  sino  negocios digitales de ciberseguridad,  por ejemplo; se podrían crear empresas o dar servicios desde Melilla y desarrollar un poco más la capacidad de talento de la ciudad”, concluye. 

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