Los melillenses se abonan a la crema solar incluso en invierno

En los meses de verano es cuando la radiación solar es más alta. También es durante estos días cuando más tiempo pasamos al aire libre y los expertos recomiendan no descuidar el uso de la crema solar para proteger nuestra piel.

Son muchos los melillenses que usan crema solar en su día a día y aseguran que “cuanto más alta, mejor”. Aunque también los hay que no la usa, bien porque no les gusta cómo les deja la piel después de aplicársela o porque no lo creen necesario.

Lo ideal es que la crema solar se utilice en función de la piel y aplicarla justo antes de salir y exponerse al sol. En los meses de verano, el sol se encuentra en su máximo exponente, es decir, quema más, por lo que los expertos recomiendan aplicarla cada dos horas.

Desde la farmacia Múñoz, en el centro de la ciudad, Maripaz recomienda que si vamos a tomar el sol, utilicemos las cremas solares con factor 50. En cambio, si se sale a pasear, valdría con el factor 30. Aún así, siempre es aconsejable utilizar la máxima protección en verano, aunque no se vaya a tomar el sol, porque el tiempo que estamos al aire libre en estas fechas siempre es más alto que el resto del año.

El fototipo es la capacidad de la piel para asimilar la radiación solar y se clasifican en una escala del I al VI, según el color de piel (las más claras se encontrarían en el I y el II, mientras que las más oscuras en el V y VI). Por este motivo, la farmacéutica asegura que “hay que protegerse más cuanto más bajo es el fototipo” porque las pieles más blancas sufren más. Sin embargo, incluso la gente más morena se puede quemar.

Lorena, una joven melillense, asegura que siempre utiliza factor 50 en su vida diaria. “Me la pongo siempre antes de salir a la calle. Si estoy más de dos o tres horas fuera vuelvo a aplicarla con una bruma”.

Lo más recomendable es aplicarla antes de salir de casa para que el cuerpo la absorba y haga efecto una vez estemos fuera. Aún así, no basta con echarla sola una vez. Hay que renovarla porque la protección solo te cubre durante un determinado tiempo y luego, se acaba.

Una vez en la playa o en la piscina, muchas personas se ponen la crema solar justo antes de bañarse. Pero Maripaz aconseja que, si el baño ha sido prolongado, lo mejor sería renovar la protección después.

Cuando baja a la piscina, Carmeluchi cuenta a El Faro que se echa protección con menos factor en el cuerpo que en la cara para poder ponerse morena. Se le aplica constantemente mientras toma el sol y cada vez que se da un remojón en el agua, también. Y así, como dice ella, se pone “morenita”.

Según los expertos, lo más importante es estar seguros de cubrir todas las zonas expuestas y pensar también en algunas partes del cuerpo que siempre se nos olvidan, como detrás de las orejas. Y es que el hecho de no tomar el sol no significa que la piel no sufra daño al realizar actividades en el exterior.

Cada vez más los protectores solares son más resistentes al agua, para evitar que se desprendan de la piel en los momentos que se aprovecha para refrescarse. Aún así, el propio sudor también provoca que la protección se desprenda de la piel, por lo que es aconsejable cubrirse bien todas las partes del cuerpo.

Muchas personas continúan usando crema solar en los meses de otoño e invierno. España es un país muy soleado y Melilla también, por lo que es importante cuidar la piel ante la radiación solar en cualquier estación del año. 

Sumia asegura que siempre utiliza protección solar, da igual en qué época del año esté o si se encuentra al sol o a la sombra. La considera muy importante en su vida.

La fotoprotección, además de protegernos del cáncer de piel, también previene el envejecimiento cutáneo y combate la degradación del colágeno y elastina, que favorece las arrugas, la flacidez y las manchas. Por este motivo, muchos dermatólogos afirman que la protección solar es de los mejores productos de belleza para el cuidado del rostro.

Sin embargo, desde Safe Sea aseguran que el principal objetivo de usar bloqueador solar durante los meses en los que no hace tanta calor es disminuir el riesgo de cáncer de piel. Pasa mucho tiempo antes de que se descubra el daño causado por el sol, por lo que, aunque no nos hayamos cuidado y no hayamos tenido consecuencias hasta ahora, “no garantiza que no vayamos a sufrir las consecuencias en el futuro”.