El interés de los jóvenes por opositar ha incrementado en los últimos años notablemente. El estudio ‘El peso del opositor en España’ desvela que la mayoría de los jóvenes de entre 18 y 34 años tiene en mente opositar porque buscan estabilidad por encima del salario y están hartos de la dificultad para encontrar trabajo y la precariedad de las ofertas laborales.
Actualmente 1 de cada 4 españoles se ha preparado o se está preparando oposiciones. Las personas con interés en opositar suman ya más de cinco millones en España, es decir, muchos españoles contemplan su futuro laboral fuera del sector privado, sobre todo los más jóvenes.
Lo que más llama la atención es que el grupo con mayor interés en opositar son las personas que se encuentran entre la franja de 18 y 34 años de edad. De estos, más de la mitad son menores de 24 años.
¿Por qué se ha vuelto más propenso opositar entre la población más joven? Aunque para algunos pueda parecer alarmista, lo cierto es que la búsqueda de la estabilidad es el principal motivo.
Futuro incierto
Un futuro incierto es la causa de que muchos jóvenes busquen en el empleo público unas condiciones laborales dignas y una vida estable. En 2022, la edad media de emancipación en España era de 30,3 años, posicionando a nuestro país como el cuarto con las cifras más altas de la Unión Europea. Además este es el rango de edad más alto del país en las últimas dos décadas, según el Observatorio de Emancipación del Consejo de Juventud de España (CJE).
Los excesivos precios de la renta del alquiler o el difícil acceso a las hipotecas con trabajos precarios y bajos salarios son otros de los problemas que enfrentan gran parte de los jóvenes. De media el precio del alquiler supone más del 80% de su salario, según datos del CJE. Muchos se independizan compartiendo gastos con la pareja, amigos o compañeros de pisos. Y muy pocos son los que pueden comprarse una casa.
Eurostat situaba la tasa de desempleo juvenil en menores de 25 años en España en un 28%, la más alta de Europa. En 2022 la tasa de paro entre los jóvenes era similar a la registrada en 2008, cuando estalló la crisis.
Se pensaría que los jóvenes, que son el futuro de cualquier país y tienen toda la vida por delante, tendrían un camino mejor que las generaciones anteriores, pero lo cierto es que, actualmente, el 27,3% de las personas jóvenes de 16 a 29 años se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión social, según el indicador Arope.
A pie de calle
Con estos datos María, una joven melillense que está cerca de cumplir los treinta años, ve “súper normal” que los jóvenes hoy en día quieran ser funcionarios. Las malas condiciones laborales y la precariedad son, en su opinión, los factores claves para este interés generacional. “Es el único empleo en el que no te explotan y encima tienes un sueldo digno”.
Sin embargo, lamenta que la aspiración de muchos jóvenes sea optar a un empleo público y tengan que resignarse a continuar estudiando unas oposiciones después de llevar estudiando toda su vida para conseguir un puesto de trabajo digno. Algunos, recuerda, tienen que opositar mientras trabajan de mala manera porque no tienen la “suerte” de poder dedicarse por completo a estudiar.
Según Opositatest, las oposiciones más demandadas entre los jóvenes son las más numerosas en cuanto a plazas, como es el caso de Administrativos y Auxiliares, Sanidad o Educación.
De ahí que, al igual que otros jóvenes, Manuel (27) se plantea estudiar oposiciones de otro campo que nada tiene que ver con sus estudios. “Me parece muy triste que la gente ya no va a trabajar de lo que le gusta, sino a ver la vida pasar para poder tener un trabajo estable”, comentó.
A la hora de pensar en opositar, este joven se fija en el campo más asequible, es decir, al que pueda acceder fácilmente y no se lleve por delante “la poca salud mental que me queda”, dado que su trabajo, de por sí, es muy estresante.
Administrativo es la primera opción, aunque también baraja estudiar el máster de profesorado y presentarse a las de educación. Las plazas y el sueldo son dos de los principales alicientes.
Pero ante las críticas constantes de las generaciones mayores, tanto María como Manuel coinciden en que el mundo no está así por culpa de los jóvenes sino por un sistema defectuoso que han heredado.
Menuda paradoja, En nada de tiempo se han ido de nuestro pais mas de 400.000 jovenes universitarios a trabajar al extranjero, mientras que han llegado otros 400.000 extranjeros sin estudios a trabajar en nuestros pais. Como es posible que prepararemos a nuestros hijos con una carrera y que sean explotados en otros paises que no han gastado ni un euro en ellos y tengamos que mantener a otros sin preparación. NO LO VEO.
Qué lastima de nuestros jóvenes.El futuro que le hemos dejado..!