La incorporación de la mujer al trabajo está provocando grandes cambios sociales, como el retraso de la edad en la que se concibe al primer hijo o que el número de universitarias sea mayor al de hombres que realizan estudios superiores, pero también está implicando que la labor que muchas han realizado a lo largo de los siglos se visibilice ahora a través de la consecución de sus derechos y las nuevas políticas de igualdad. Ya no nos parece extraño ver a una mujer conduciendo un coche, dirigiendo una empresa o presidiendo un tribunal. ¿Y en el mundo del Arte? ¿Qué ha ocurrido con aquellas mujeres que han deseado emprender un trabajo artístico y creativo como ‘leiv motiv’ de su vida? ¿Ha sido fácil dedicarse a la pintura, las artes escénicas, la música, la escultura o la danza?
‘El Faro’ ha reunido a cuatro mujeres que residen en Melilla para que a través de sus propias experiencias tejan unas líneas de cómo ha sido su trayectoria profesional en el mundo del Arte y si el hecho de ser mujer ha influido para encontrar más obstáculos y barreras en sus caminos. Estas cuatro creadoras con esencia de mujer son la cantante y directora del coro de la Orquesta de Música Ciudad de Melilla, María del Carmen Gálvez; la pintora Amparo Parra; la bailarina y directora de la Escuela de Danza Ciudad de Melilla, Nuria Nieto; y la escultora Marisela Castillo.
Estas cuatro voces mostrarán los diferentes escenarios en lo que estas mujeres desarrollan su profesión. Un análisis de la realidad social melillense centrada en las Bellas Artes y en el trabajo continuo de cuatro grandes mujeres de hoy.
Una voz melodiosa
La directora del Coro de la Orquesta ‘Ciudad de Melilla’, María del Carmen Gálvez, confesó a ‘El Faro’ que su ingreso en el mundo artístico fue fácil gracias a los apoyos de sus familiares y amigos y que se siente una afortunada por poder desarrollar su gran pasión de la mano de su vida profesional.
Gálvez aseguró que su interés por la música llegó cuando era muy pequeña, ya que sus padres son unos apasionados del tocadiscos. Así, recordó cuando de niña se sentaban todos alrededor de este reproductor junto con una taza de chocolate y churros. Además, su padre solía tocar en bandas y al ser destinado en un gran número de pueblos, ella se decidió a tocar la flauta travesera en la Escuela de Música de uno de ellos con tan sólo ocho años.
La visión de sus padres era que todos tuvieran una formación musical profesional, lo que hizo que la apoyaran en su decisión de realizar la carrera de Música tras finalizar Bachillerato. Unos años antes, justo cuando estaba en el grado medio de flauta travesera, su profesor de ‘Conjunto coral’ le propuso realizar las pruebas para ingresar en Canto y acabó por sentir una gran pasión por esta forma de expresión artística.
Pincel, espátula y lienzo
Fue una monja del colegio donde estaba Amparo Parra la primera en darse cuenta del arte que esta niña tenía en sus manos, al ver cómo había dibujado con tiza una imagen de la ‘Torre del Oro’ de Sevilla. Con el paso de los años, esta melillense continuó haciendo dibujos, pero esta vez para la carrera de Magisterio, ya que sus padres no entendieron su interés por las Bellas Artes y la obligaron a realizar estos estudios.
Pero aquellos eran otros tiempos y aunque estudió mucho a través de libros y cursos, no fue hasta su jubilación del mundo de la enseñanza, cuando pudo dedicarse a realizar su sueño, montar un galería de Arte en la ciudad en la que nació.
Zapatillas de ballet
La curiosidad de Nuria Nieto por la danza nació cuando vivía en Sevilla y pasaba todos los días frente a una escuela, sin embargo, no fue hasta que se trasladaron a vivir a Almería cuando se apuntó a una academia donde se preparó para entrar en el Conservatorio.
Sus padres no le pusieron ninguna pega, ya que eran conscientes de que estos estudios se complementaban con otras asignaturas. Aunque finalmente la incitaron a estudiar una carrera paralela, motivo por el cuál, Nieto cuenta con la diplomatura de Magisterio por Educación Física.
Así, ellos la han acompañado y apoyado en todo momento durante el desarrollo de esta pasión por la danza. Una vez que finalizó la carrera se vino a Melilla e ingresó en la Escuela Oficial de Danza al ser la única bailarina con titulación oficial.
De una roca, una obra de arte
Marisela Castillo nació en México en donde estudió por curiosidad la carrera de Bellas Artes. Ella siempre había tenido una intuición para el dibujo y a través de estos estudios pudo dar forma a todo este arte contenido. Tras la finalización de estos cursos se fue a Italia para aprender aún más sobre la talla, una forma de esculpir que había atraído a todos sus sentidos y en la que quería volcarse.
Así, ha realizado numerosas exposiciones y en México pudo vivir durante años de su arte. Una situación que cambió al llegar a España hace 17 años donde ha visto más complicaciones de las habituales para poder ejercer su profesión. A pesar de ello, Castillo no se rinde y en breve podremos ver en la UNED una retrospectiva de sus esculturas.
“Siempre he contado con el apoyo de la familia y amigos”
María del Carmen Gálvez es directora del Coro de la Orquesta de Melilla
La cantante, profesora y directora del Coro de la Orquesta ‘Ciudad de Melilla’, María del Carmen Gálvez, aseguró que ella se siente una afortunada. “Siempre he contado con el apoyo de la familia y los amigos”, tal y como aseguró. Un factor que ha marcado su trayectoria profesional y personal.
“He tenido mucha suerte porque en Melilla se hace mucha música y dentro de este mundo musical estoy yo”, aseveró. De esta forma, Gálvez indicó que ella nunca encontró dificultades cuando eligió la carrera musical como opción profesional ni con sus padres ni con sus amigos, ya que cuando era niña incluso iban a casa para estar con ella si no podía salir al tener que cuidar la voz.
“La vida el músico es muy sacrificada y si además eres cantente y no puedes salir un fin de semana, la cosa se complica más”, explicó. De esta forma, confesó que para ella ha sido relativamente fácil dedicarse a su pasión.
“Si no entienden que el escenario es la finalidad de cualquier artista es complicado”, indicó, aunque añadió que su pareja es músico con lo que comprende bien todos los factores que marcan su carrera profesional.
“Me gusta dirigir el coro de la Orquesta y dar clases pero cuando te subes a un escenario, se abren las cortinas y puedes trasformarse en alguien que no eres, dejar volar la imaginación, y sentir ese aplauso, ver las caras que la gente ha disfrutado”, explicó la cantante indicando que es uno de los puntos que refuerzan su pasión por la música.
Por otro lado, analizando este mundo en cuanto a los roles entre hombres y mujeres, Gálvez aseguró que en la música no está mal visto que hombres y mujeres se dediquen a tocar instrumentos pero que hasta hace poco se veía a muy pocas féminas dedicándose a esta profesión. Así, resaltó que lo han tenido peor las mujeres que se han querido dedicar a la dirección de bandas y orquestas, a pesar de que a la hora de estudiar en la música no hay problemas para ningún sexo.
“El mundo va a ser nuestro pero va a seguir habiendo unos roles marcados”, afirmó Gálvez indicando que seguramente le seguirán preguntando cómo compatibiliza su vida laboral con la privada.
Para ella, a pesar de que la mujer trabaje fuera de casa y que estén más preparadas no hay una situación de igualdad en cuanto a responsabilidades compartidas con los hombres.
Por ejemplo, “a la hora de incorporarse en el trabajo tras la maternidad no nos lo ponen fácil y en muchas ocasiones prescinden de tí. Nos queda mucho por luchar para que llegue ese momento en el que no nos hagan esta pregunta”, argumentó para ‘El Faro’.
“Para mí una obra es buena sin mirar quien la pinta”
Amparo Parra, pintora melillense y propietaria de la galería de arte Mnemosine
“Para mí una obra es buena sin mirar quien la pinta”, declaró la pintora melillense Amparo Parra.
Ella desarrolló su carrera profesional como maestra de Historia durante muchos años y tras su salida de la enseñanza decidió hacer realidad su gran sueño, dirigir una galería de arte y mostrar así sus pinturas y las de otros artistas en la ciudad en la que nació.
De esta forma, Parra aseguró que la mujer encuentra dificultades sociales para desarrollar su profesión en cualquier ámbito, menos en el de la Educación. Así, aseguró que durante años vivió en ‘una burbuja’, ya que al salir de este ámbito e intentar emprender un proyecto en la pintura se llevó “un chasco muy grande”.
Así, aseguró que ahora su actitud es de resignación y que acepta que aún en pleno siglo XXI esta forma de expresión artística no esté liberada de los esteriotipos machistas. “Yo pensé que en los tiempos modernos una pintora era lo mismo que un pintor, pero ni muchísimo menos. Mi experiencia en las exposiciones era que aquellas personas que no me conocían felicitaban a mi marido como el pintor”.
Además, indicó que en varias ocasiones ha presenciado como alguien que se mostraba muy interesado por sus pinturas al comentar que era ella la pintora y autora de las obras han dejado de lado este interés y se han marchado sin más. De hecho, antes firmaba como Mariam Parra tras estas experiencias nada agradables suele firmar sus obras con ‘A.Parra’. “El cuadro de un pintor puede valer 1.000 euros y por ser pintora no pagan más de 400”, confesó aunque aún espera que esta situación cambie algún día.
“Para nosotras la danza no es un mundo complicado”
Nuria Nieto es bailarina y la directora de la Escuela de Danza de Melilla
“Para nosotras la danza no es un mundo complicado. Los hombres sí lo tienen más complicado por los numerosos estereotipos que la sociedad les otorga, aunque se están abriendo camino”, aseguró la bailarina y directora de la Escuela de Danza, Nuria Nieto.
De esta forma, aseguró que el mundo de la danza era casi exclusivamente de mujeres, de hecho si alguien piensa en danza, suele pensar en una bailarina.
¿Cómo compatibilizar trabajo y familia? “En mi caso es duro pero tenía muy claro que quería ser profesora de danza clásica”, aseguró. En este sentido, Nieto cuenta con los estudios de Magisterio por Educación Física con lo que indicó que podría haberse decantado por trabajar en un colegio y tener un horario sólo de mañana. Sin embargo, su amor y pasión por este arte creativo marca su rutina de forma muy diferente.
Sus clases comienzan a las 16:00 hasta las 22:00 horas y por la mañana tiene que desarrollar sus tareas de dirección y tutoría.
“Piensas que te pierdes mucha cosas como madre, como el hacer las tareas o merendar con ellos, pero paso todo el tiempo que puedo con mis hijos y estoy contenta con el desarrollo de mi profesión.
Por otro lado, Nieto confesó que no cree que algún día las mujeres sean capaces de quitarse la carga que soportan al intentar no sentir culpa por desarrollar su vida profesional cuando lo tradicional es dedicarse a la familia. No obstante, afirmó que “nos hemos hecho fuertes y trabajamos fuera y dentro de casa y para muchas esto se nos ve compensado”.
Por último, dedicó estas palabras: “Agradecer a quien confía en mí, a quien me ilusiona y me da fuerzas para un trabajo con el que disfruto cada día y al que amo (TPS)”.
“Nunca he tenido problemas por ser mujer y desarrollar mi arte”
Marisela Castillo es licenciada en Bellas Artes y reside en Melilla desde hace años
“Nunca he tenido problemas por ser mujer y desarrollar mi arte”, aseguró Marisela Castillo. “Al contrario, incluso he despertado admiración, ya que me muevo en el gremio de marmolista y trabajo haciendo trabajos especiales de encimeras a mano que es algo que nadie hace en Melilla, por lo que el gremio, que suele estar formado por hombres, muestra cierta admiración por la rapidez y soltura con la que realizo el trabajo”, aseveró. Esta escultora aseguró que el hecho de ser mujer y trabajar en una profesión, que puede ser identificada con un esfuerzo físico grande, no ha tenido dificultad para desarrollar su arte, sino que “siempre me sentido a mis anchas”.
En este sentido, la única diferencia que encuentra ella es que a veces la dimensión de sus manos no es muy grande para coger una máquina con más facilidad pero me las ha apañado muy bien.
Así, confirmó que siempre ha sido muy valorada por la gente que la rodeaba, desde sus amistades hasta los compradores de sus obras.
De esta forma, Castillo declaró que como cualquier mujer ha sido testigo del cambio social que se ha ido desarrollando en los últimos años, pero que de alguna forma “nos vemos abocadas a esteriotipos, de los cuáles no nos salvamos y de los que en ocasiones somos culpables por etiquetarnos.
El sacrificio de muchas y su esfuerzo no se han visto valorados, tal y como aseguró, añadiendo que para cumplir con los mismo parámetros que un hombre en un trabajo se le suele exigir más a una mujer, como ha podido comprobar a través de sus compañeras. Una situación que espera cambie con el tiempo.
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