CpM pide la reapertura de la aduana comercial con Marruecos

Coalición por Melilla ha presentado este jueves una moción en la Asamblea de Melilla, en la que reivindica la apertura de la aduana comercial con Marruecos, uno de los grandes reclamos del sector empresarial de la ciudad, que fue cerrada unilateralmente por el país vecino el 31 de julio de 2018, dos años antes de cerrar a cal y canto la frontera al inicio de la pandemia del coronavirus, el 13 de marzo de 2020.

En el texto de la moción, presentada por el portavoz de CpM, Hassan Mohatar, el partido de Mustafa Aberchán defiende que tras el restablecimiento de las relaciones hispano-marroquíes su formación quiere marcar tres coordenadas que definan el Tratado de Buena Vecindad con Marruecos.

La primera de ellas, es la necesidad de habilitar una frontera ágil, segura y con la aduana comercial abierta, sin olvidar el punto de inspección sanitaria contemplado en la legislación vigente y la normativa europea.

Hay que tener en cuenta, que sin ese punto de inspección veterinaria, no podría pasar a Melilla, por ejemplo, el ganado ovino procedente del país vecino, muy apreciado en nuestra ciudad.

La segunda de las tres coordenadas que CpM plantea como eje vertebrador del Tratado de Buena Vecindad con Marruecos es la línea de barco que una los puertos de Melilla y Beni Enzar.

Ya en su momento, la Autoridad Portuaria de Melilla había planteado la necesidad de habilitar no uno sino dos barcos a Beni Enzar, tal y como recogió El Faro, en noviembre del año pasado. En esencia, desde el puerto de Melilla se propone habilitar dos líneas, una de carga y otra de pasajeros con la intención de transportar mercancías de Beni Enzar a Melilla y de Melilla a Beni Enzar, lo que restaría atascos de furgonetas o camiones a la frontera terrestre.

En cuanto al transporte de pasajeros, hablamos de barcos con capacidad para 350 personas que tardarían 10 minutos en pasar de Melilla a Marruecos. Estas líneas serían usadas, sobre todo, por empresarios, turistas y trabajadores transfronterizos que bajarían del barco y estarían a un paso de la Plaza de España.

La moción de CpM defiende que esta línea marítima Melilla-Beni Enzar es una medida muy beneficiosa tanto para Melilla como para Marruecos porque servirá "como aliciente para recuperar la fraternidad y vecindad que existía en este paso fronterizo antes de su cierre".

Por último, la tercera coordenada que CpM considera que debe regir el Tratado de Buena Vecindad es el establecimiento de un compromiso de "seguridad y cooperación", que tienen como referente las políticas de desarrollo que marca la Unión Europea.

"Melilla puede ser el puente de conexión para ambos países, en cuanto a desarrollo y garantizar la seguridad en temas de inmigración o menores se refiere, entre otras cuestiones que afectan a ambos países", insistió.

CpM pretende que esta moción sea aprobada y pase por el pleno de la Asamblea como Declaración Institucional, con el objetivo de instar al Gobierno de España a la firma de un Tratado de Buena Vecindad y Cooperación con Marruecos, que tenga en cuenta las peticiones de CpM "para iniciar un nuevo y próspero camino para nuestra ciudad".

Para CpM es importante que el Gobierno de España y al Unión Europea tengan presente a la hora de tomar decisiones que Melilla y Ceuta son "las puertas de Europa en África" por lo que el partido de Mustafa Aberchán destaca que ambas instituciones tienen que ser conscientes "de la importancia de las relaciones de buena vecindad que deben imperar en todas las negociaciones".

Un Tratado de Buena Vecindad firmado hace casi 31 años

El Tratado de Buena Vecindad de España y Marruecos fue firmado en Rabat el 4 de julio de 1991 por el expresidente de España Felipe González y el entonces primer ministro marroquí Azeddine Laraki y en ese momento las partes firmantes acordaron que estaría en vigor hasta que una de las dos lo denunciara por vía diplomática.

Consta de 13 artículos y una Disposición Final y en él se fija la necesidad de celebrar las Reuniones de Alto Nivel entre los dos países (RAN), el compromiso de luchar contra el terrorismo, la delincuencia y el narcotráfico, la cooperación en ámbitos como el sanitario, turismo o entre Fuerzas Armadas y el compromiso del arreglo pacífico de las controversias que puedan surgir entre los dos países.

En el tratado no se menciona ni directa ni indirectamente a las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta, pero se garantiza la integridad de ambas en el artículo 3 que marca la no intervención en asuntos internos.

"Se abstendrán (España y Marruecos), por lo tanto, en todas las circunstancias, de cualquier acto de coerción militar, política, económica o de otro tipo, encaminado a subordinar a su propio interés el ejercicio de los derechos inherentes a la soberanía de la otra parte y a obtener así ventajas de cualquier clase", algo que Rabat ha incumplido con el cierre de la aduana comercial de Melilla.