Remedios Fernández estuvo más de un mes esperando una carta enviada por Correos. El documento se extravió en el traslado desde Almería a Melilla.
Tras dos reclamaciones, una hecha por ella y otra por su hermana en la península, les informaron por medio de un escrito que “las investigaciones para la localización del envío han resultado infructuosas”.
El 21 de marzo, la hermana de Fernández certificó la carta en Almería para enviarla a Melilla. Desde ese día, la melillense estuvo en su casa limitando al máximo las salidas a la espera del documento.
Perjuicios económicos y psicológicos le provocaron a Reme, como es conocida, esta situación, pues esperaba un documento, un formato francés de una fe de vida, para ella poder cobrar una pensión de viudedad.
Todos los años le envían desde Francia este formato para solicitar la fe de vida.
Para evitar perder la pensión, la melillense envió hace unas semanas a Lyon una fe de vida con un formato viejo con la esperanza de que sea aceptado por el vecino país.
Reme debe esperar hasta el 14 o 15 de mayo para saber si aceptaron el documento con el formato viejo, pues es la fecha estimada para que le abonen el mes de pensión, no obstante ya se plantea un nuevo panorama.
Tras la notificación de que el documento se perdió en el traslado entre Almería y Melilla, ahora se plantea ir hasta Francia, pese a los gastos que esto implica, para certificar en persona que está viva.
“Pienso ir a Lyon a la oficina de Seguridad Social para que vean que estoy viva”, sentenció.
Allí tendría que buscar el nuevo formato, volver a Melilla para certificarlo y enviar la fe de vida con la esperanza de que no se vuelva a extraviar.
Durante este tiempo, Reme no pudo ir a una reunión a la que fue invitada en la península y además perdió varias consultas médicas fuera de la ciudad por esperar la carta.
Rechazo y reclamo
La reclamación realizada por la hermana de Reme, en Almería, fue hecha el 8 de abril tras más de 15 días sin saber dónde estaba el documento.
En la contestación de Correos, de fecha 15 de abril, donde les informan que el documento se extravió, les comunican que “como compensación a esta incidencia”, le ofrecen una indemnización fijada para el servicio contratado que asciende a 30 euros.
Este dinero no ha sido recibido ni por Fernández ni por su hermana, sin embargo han decidido rechazarlo, pues lo que exigían era un servicio de calidad, en el que la melillense haya podido recibir el formato de fe de vida, certificarlo y enviarlo a Lyon para cobrar la pensión de viudedad.
El 17 de abril de este año, Reme también acudió a la oficina de Correos en la ciudad para hacer una nueva reclamación, pues anteriormente había ido a pedir información referente al sobre que provenía de Almería.
Ese día, Reme hace un reclamo con la planilla de incidencias en el reparto en la que plantea su situación. Esta hoja es sellada en la oficina de la ciudad, sin embargo la franja superior que debe ser completada por el personal de Correos quedó en blanco.
Al Reme darse cuenta y volver a la oficina de Correos para dejar la situación clara, le informaron que no podían completar ese renglón pues debió hacerlo la persona que recibió el reclamo. “Me pusieron el sello el día 17, pero esto tiene que ser complementado con el personal Correos, se lo digo al jefe, pero me dice que no, porque no sabe quién me puso el sello”, explicó.
A la melillense también le indicaron que llamara al servicio de Atención al Cliente de Madrid y completara otra planilla, sin informarle el procedimiento a seguir.
Reme esperaba un servicio de calidad, no los daños económicos y psicológicos que padeció producto de la pérdida del documento legal que debe certificar en Melilla para ser enviado a Francia.
Se nota que la patronal de la mensajería privada ha cambiado de presidente y estamos en pleno proceso electoral donde ésta quiere canibalizar el voto por correo. Los medios de comunicación no quedan indemnes ante la influencia de los lobbies. El artículo está plagado de desconocimiento de las condiciones, riesgos y procedimientos que suceden en Correos y que los clientes aceptan al utilizar los servicios. Esas son las condiciones de la carta certificada básica, una indemnización de hasta 30€ por extravío, si tan importante es existen otros envíos más urgentes y con seguros, pero hablamos de una diferencia de precio por la que el cliente prefiere asumir el riesgo. Ni qué decir que tratándose de un servicio internacional habría que atender a la situación del envío pues quizá el problema esté en la llegada a Francia (que no le dieran entrada en país de destino, algo que excede de Correos España). De otro modo, y como siempre poniendo como reclamo el drama de las personas. Es triste, duro y un perjuicio para la afectada, pero no hagamos de un problema ocasional, por muy fuerte que sea, una excusa para destrozar la imagen de una empresa y sobre todo cuando el problema parece estar en la oficina de referencia de la mujer, que es donde luego no se obra correctamente en la reclamación.
Tenemos el peor correo del mundo me perdieron las invitaciones de boda y la de correos se rió en mi cara no tienen verguenza