Correos ha aprobado la aplicación de una tarifa plana por los servicios de gestión aduanera relativos a la tramitación del Impuesto sobre la Producción, los Servicios y la Importación (IPSI) en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla para todos los productos que no superen un valor de 150 euros.
A partir del próximo 1 de agosto, la tasa de gestión aduanera que cobra Correos por la importación de productos de bajo valor se reducirá a 2,5 euros (sin impuestos). Dicho trámite puede realizarse tanto en las oficinas de la empresa logística como en el domicilio de los ciudadanos a través del cartero.
Tras la entrada en vigor del Real Decreto-Ley 7/2021, en julio del pasado año, se han eliminado todas las exenciones del impuesto de valor añadido o su equivalente en Canarias, Ceuta y Melilla, en la importación de los productos de bajo valor.
Esta normativa afecta a todos los envíos cuyo valor intrínseco no supere los 150 euros, que sean bienes que no sean objeto de impuestos especiales o controles específicos y en los que el destino final de la expedición o transporte sea el territorio de aplicación del impuesto. Por tanto, las operaciones con estos envíos en Ceuta y Melilla quedan sujetas al IPSI a la llegada de la mercancía al destinatario.
Las quejas
A principios de mes, el delegado de CCOO en la empresa, Juan Diego Román, opinó que es “totalmente injusto” que un particular quiera enviar, o recibir, paquetes de la península y se le duplique cualquiera de los impuestos que ya han sido pagados, como el IVA o el IPSI.
Así, Román creía que “Correos está aprovechándose de esta situación”.
Según explicó el responsable del sindicato en Correos, “en su afán no de recaudar para el Ayuntamiento, sino de buscar ellos su propio beneficio, están aplicando las tarifas que tienen publicas cuando existe la posibilidad de que, cuando se trata de productos de comercio electrónico, se pague directamente al comercio”.
Como en Melilla no existía esa posibilidad, porque no se aplicaba el IPSI, Román reiteró que “Correos se está aprovechando, en su afán de ir por lo económico, sin importarle, por un lado, el efecto que está creando en los ciudadanos de Melilla y, por otro, las consecuencias que pagan los trabajadores, que son el último eslabón y los que están sufriendo todos los improperios, insultos, quejas y reclamaciones por parte de los ciudadanos”.
En opinión del dirigente de CCOO, además, aquí Correos estaba empleando la táctica del “avestruz”, la de “meter la cabeza bajo tierra y no dar la cara en ningún sentido, ni ante los ciudadanos ni ante los trabajadores”.
En similares términos se expresó la delegada de la UGT en la empresa postal, Ana María Jiménez, quien señaló que le parecía “mal, no; lo siguiente” y admitió que esta tasa estaba repercutiendo tanto en el usuario como en el trabajador de Correos.
Según manifestó, las entregas estaban siendo “mucho más complicadas”, debido a que los carteros no llevan cambio ni datáfono y no resulta fácil recoger dinero en efectivo en pleno siglo XXI. Así, según calculó, solamente se estaba efectuando alrededor de un tercio de las entregas que se hacían antes. “La pérdida de tiempo es brutal”, criticó entonces.
Además, según Jiménez, existía el riesgo, para los trabajadores, de llevar tanto dinero encima, sobre todo si se tiene en cuenta que el cartero no tiene un seguro que le cubra una parte siquiera, por lo que, si sucediera algún percance, lo tendrían que pagar ellos de su bolsillo.
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