El proyecto Kahinarte organiza una ‘guerra’ de ganchillo y un paseo por el barrio del Rastro.
Es muy complicado para algunas personas relacionarse fuera de su ámbito de amistad. No saben qué tema de conversación pueden sacar ni qué opinar para evitar que se desate una discusión. Por eso, no suelen salir de su entorno. Se quedan sentados siempre rodeados de la misma gente. Sin embargo, hay un proyecto que se empeña en crear espacios comunes para que personas de diferentes creencias, culturas y religiones se den cuenta de que tienen muchas cosas en común. Se trata de Kahinarte, un programa que cuenta con el apoyo del Instituto de las Culturas y que ayer organizó una ‘guerra de ganchillo’ para animar a los melillenses a ‘encontrarse’.
Entre ovillos de lana, agujas de todos los tamaños, patrones y mantas, un grupo de mujeres de diferentes zonas de la ciudad se animó a sentarse y a tejer una mañana de convivencia. Además, de la guerra de ganchillo, Kahinarte organizó una caminata, en colaboración con Melilla ConBici, por el barrio del Rastro. Mientras un grupo de mujeres se quedaba en la plazoleta de García Cabrelles sacando adelante las creaciones de lana, otro se dirigió hacia las calles más desconocidas de esta zona de la ciudad. El objetivo de este paseo no era otro que mostrar que los prejuicios sobre los barrios periféricos son sólo prejuicios. Fue la gente que vive en esas calles la que contó a los visitantes la historia de las casas y de los comercios, para ‘desmontar’ las ideas que ya tenían sobre el barrio.
Para terminar la actividad, Kahinarte decoró la plaza frente al Mercado Central de Abastos todos los retales de lana que las mujeres habían confeccionado mientras charlaban sobre esas cosas que tienen en común, como son los trabajos y la familia.
La presidenta del Instituto de las Culturas, Fadela Mohatar, aseguró ayer que este tipo de intervenciones artísticas da a conocer los barrios periféricos de la ciudad. Se implica a la gente que vive en la zona en proyectos culturales y además, otros ciudadanos de barrios alejados se animan a visitar el lugar en el que se hace esta actividad.
Por su parte, Francesco Bondanini, uno de los coordinadores de Kahinarte, destacó que muchas personas se habían animado a escribir en una pizarra, que había instalado en la plaza, lo que deseaban para el barrio. Algunos de estos deseos son: Más tolerancia y más relaciones interculturales entre los melillenses.
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