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Conociendo un poco más la cultura y las costumbres hebreas

Cerca de una veintena de niños y niñas salían al mediodía de este domingo del Museo de las Peñuelas con las manualidades en las que habían estado trabajando durante esa mañana y, sobre todo, con una gran sonrisa en el rostro y con nuevos conocimientos en el bolsillo.

Y es que los pequeños, en un principio de entre 6 y 12 años, aunque también se sumó el hermano pequeño de alguno de ellos, participaron en un taller infantil para acercar la festividad hebrea de Sucot o de los tabernáculos. La actividad, según indicó María Elena Fernández Díaz, responsable del proyecto Sefardíes en Melilla (Sefamel) y que trabaja con la asociación Mem Guímel, fue todo un éxito.

Explicó que, en primer lugar, los niños realizaron una visita al museo y conocieron las principales festividades judías. Entre las preguntas de los más pequeños, Fernández destacó algo que le llamó la atención: “Al hablarles de esta festividad judía alguno me ha dicho que la semana pasada celebramos el Yom Kippur. Tal vez al ser festivo en los colegios se lo habían enseñado, lo que me parece algo interesantísimo, eso de que conozcan las festividades de todas las comunidades. Y había un niño judío, el resto eran de la comunidad cristiana o musulmana”.

La festividad de Sucot , que comenzó este sábado por la noche y dura una semana, conmemora los tabernáculos o cabañas en los que vivían los judíos en el desierto después del éxodo de Egipto. De ahí que los niños realizaran en el taller una manualidad consistente en una cabaña.

“Han empezado primero confeccionando diferentes elementos que iban dentro de esta sucot, como son sobre todo frutas tipo el etrog, que puede parecer similar a un limón y que aquí en Melilla es muy difícil de encontrar; luego hemos construido una cabaña y alguno lo ha querido decorar. Por ejemplo unas niñas argentinas han pintado su bandera, otros con la bandera española…”, comentó María Elena Fernández.

Estas dos niñas argentinas eran Martina y Emma, de 8 y 6 años. Su padre, Matías, explicaba que apenas llevan un mes en Melilla.

“En Buenos Aires hay una cultura hebrea muy grande aunque no teníamos contacto. Pero hoy la verdad es que nos está gustando y las niñas se están divirtiendo. Me encanta que se hagan este tipo de iniciativas y que estén así, mezcladitos; hay niños hebreos, musulmanes, cristianos… Eso es fantástico”, recalcaba.

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