Conesa pide una solución al Estado sobre el paso de áridos a Melilla

El portavoz del Gobierno local considera que debe dejarse un período de adaptación transitorio de la normativa europea y pide explicaciones por su inaplicación en siete años.

El Gobierno local exigió ayer una solución al Estado para el paso de áridos por la frontera de Melilla, un tráfico que está paralizado desde la semana pasada, momento en que desde el Ministerio de Industria se obligó a los importandores de estos materiales a contar con el sello de calidad que se pide en la Unión Europea.

En este sentido, el portavoz del Ejecutivo local, Daniel Conesa, confirmó en declaraciones a Radio Nacional que finalmente no ha habido ningún problema con el paso de otras mercancías, pues los sindicatos de transportes de Marruecos amenazaron con cortar el tráfico hacia Melilla, algo que no se ha producido.

Pese a ello, adjuntó que lo que debe hacer el Estado a través de la Delegación del Gobierno es buscar una solución y señaló que lo mejor habría sido dejar un período transitorio para la adaptación de esos sellos de calidad en los productos marroquíes.

En cualquier caso, matizó que esa opinión no justificaba que no se hubiera aplicado la normativa de la Unión Europea desde el año 2004, momento en que se aprueba. Así, aprovechó  su comaprecencia para exigir una explicación al Ejecutivo central sobre esa situación.

Conesa recordó que el Gobierno local ya había mostrado su intención de colaborar en la medida de lo posible para buscar una solución a este problema, bien para que los áridos y ladrillos sigan llegando de Marruecos o por el contrario de la península.

Por su parte, el consejero de Hacienda, Guillermo Frías, comentó en rueda de prensa que la imposibilidad de que pasen áridos por la frontera tendrá un reflejo en la recaudación del IPSI, aunque en estos momentos no es posible cuantificar la cantidad.

Finalmente, el vicepresidente primero de la Ciudad Autónoma, Miguel Marín, lamentó que el Gobierno socialista no hubiera establecido una moratoria en el caso de Melilla, con el fin de que se produjeran las adaptaciones pertinentes.

De momento sólo ha habido una manifestación de los constructores melillenses sin que haya tenido más trascendencia. Así, las obras de nuevos inmuebles siguen a su ritmo.