Once inmigrantes subsaharianos de diferentes nacionalidades han sido condenados a 10 años de cárcel en la prisión de Zeluán, en la provincia de Nador y a unos 30 kilómetros de Melilla.
Desde la Asociación Marroquí de Derechos Humanos subrayan que, más allá de las razones de las condenas, el proceso no ha sido justo, ya que los acusados no han contado ni con abogado ni con traductor, añaden.
Procedentes de Senegal, Mali, Burkina Faso, Guinea, Sierra Leona y Mauritania, uno de ellos ha sido detenido por intentar saltar la valla de Melilla y el resto por conducir pateras.
Desde la AMDH han dicho que no saben si son ciertas o no las acusaciones, pero que “lo que es importante para nosotros es que el proceso no era justo y las sentencias fueron muy severas”, ha explicado Omar Naji, miembro de la AMDH, a El Faro.
Naji ha recalcado que el proceso verbal que hubo tras el arresto se hizo en árabe y estos, a pesar de no comprender este idioma, lo tuvieron que firmar. Tampoco han tenido abogado ni traductor durante el proceso.
Es por ello que la asociación ha enviado seis cartas a los embajadores en Rabat de los países de origen de las personas detenidas denunciando que estos se encuentran en “condiciones muy difíciles y lejos de sus familias”. En todas las cartas explican que el proceso judicial no ha sido equitativo y que se han cometido “varias irregularidades”.
Dada la situación, la asociación expresa en la carta que esperan que, poniendo al corriente a los embajadores respectivos, estos intervengan visitando a los detenidos para comprender la difícil situación por la que atraviesan y de esta forma que tomen las medidas jurídicas que consideren necesarias, como poner un recurso de casación en los juzgados y que los repatríen a su país natal.