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Reconoció su culpabilidad en el juicio
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Fue detenido por un viandante cuando huía del lugar de los hechos
Un joven ha sido condenado por la titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla a una pena de dos años de prisión como autor de un delito de robo con violencia en grado de tentativa, así como a una multa de 180 euros por otro delito leve de lesiones. El procesado admitió este jueves en el juicio que los hechos habían tenido lugar tal y como se exponía en el escrito acusatorio del Ministerio Público. De este modo, reconoció que el día 3 de este mes, sobre las 17:15 horas, abordó a una mujer en la calle Méndez Núñez, por la zona de la Hípica. Sacó un cuchillo para intimidarla y luego intentó robarle el bolso.
De acuerdo con la acusación, ante la resistencia de la víctima, se inició un forcejeo entre ambos, aunque el inculpado finalmente consiguió escapar con el bolso de la mujer. No obstante, el condenado no logró su objetivo de enriquecerse con los bienes ajenos, ya que fue atrapado por un viandante cuando pretendía huir del lugar.
En la vista, el encausado, un joven de 21 años y origen marroquí, reconoció su culpabilidad con el objetivo de llegar a una conformidad con el Ministerio Público. De este modo, el fiscal accedió a rebajar la pena que inicialmente solicitaba para él por estos hechos. En un principio, se le reclamaba una pena de tres años de cárcel por el delito de robo con violencia e intimidación, el cual fue en grado de tentativa, ya que no se llegó a consumar ante la intervención del ciudadano que logró darle captura. Además, pedía una multa por las lesiones de 540 euros. Sin embargo, como compensación por colaborar con la Administración de Justicia al reconocer su culpabilidad, el fiscal bajó la pena a dos años y una multa de 180 euros.
Al margen de la sanción por las lesiones, el condenado tendrá que abonar 210 euros a la víctima en concepto de responsabilidad civil.
Suspensión de condena
El fiscal no se opuso a que se suspendiera el ingreso en prisión del acusado, lo que es posible cuando la condena no supera los dos años de cárcel y se carece de antecedentes penales. No obstante, como la magistrada apercibió al joven, no podrá delinquir en los próximos cuatro años porque, de lo contrario, se le revocaría esta suspensión y sí tendría que ir a la cárcel.
Además, la juez le advirtió de que también iría a prisión en el caso de que no abonase el dinero de la multa o de la responsabilidad civil. El procesado se mostró conforme.