La protesta ayer de los sindicatos ante las puertas de la Confederación de Empresarios para reclamar que las bonificaciones del Estado a las cuotas patronales se repartan entre empresarios y trabajadores hizo necesaria la intervención de la Policía debido a que el casi centenar de manifestantes que se dieron cita ocuparon la avenida de la Duquesa de la Victoria cortando el tráfico de esa principal vía.
La acción, lejos de tener mayores consecuencias o importancia, sí alteró al líder ugetista que acusó al Gobierno de actuar así para “meter miedo” de cara a la huelga general del 29-M.
Y todo ello ocurre cuando hace apenas dos días, desde la Asociación Unificada de la Guardia Civil y el Sindicato Unificado de Policía, pedían a sus afiliados “prudencia y flexibilidad” de cara a esa cita del 29 de marzo.
El ensayo, desde luego, no ha sido nada bueno. Como tampoco la actitud de los manifestantes, a quienes también desde la AUCG y el SUP se les pedía lo mismo y que desde luego han hecho caso omiso.
Es inevitable que cada uno cumpla con su rol, los agentes con el de control y el cumplimiento de la ley y los sindicatos con utilizar todos los medios legales –o a veces algunos no tanto– a su alcance para reclamar lo que consideran su derecho.
Por el bien de todos confiamos que la huelga del próximo jueves transcurra en la absoluta normalidad, por parte de unos y de otros, porque todos tenemos la suficiente capacidad para que así ocurra.