Categorías: Editorial

Con las quejas a Madrid

El viceconsejero de Turismo, Javier Mateo, tiene previsto reunirse en la segunda quincena de este mes con los responsables de Comercio y Transporte en Madrid.

En el encuentro, según avanzó ayer a El Faro, planteará las quejas que los pasajeros melillenses tienen sobre la gestión del transporte marítimo por parte de la naviera Trasmediterránea. En opinión del viceconsejero, aunque se trata de quejas “puntuales”, la idea es intentar que haya una mejora del servicio que se presta a los ciudadanos. En la reunión también se abordarán los precios especiales para los residentes en Melilla. Nada que ver con el reclamo ceutí de abaratar las tarifas del barco que une la ciudad autónoma con la península ya que en nuestro caso pagamos casi lo mismo que en Ceuta por un trayecto mucho más largo. Puede que ésta no sea la primera vez que el viceconsejero lleva los reclamos melillenses a Madrid, pero es un alivio saber que se hace. Melilla sigue teniendo barcos que no están para viajar en Europa, con camarotes sucios e incluso, en plena ola de calor, sin aire acondicionado. Puede que ésta sea una queja “puntual”, pero desde luego es vergonzoso que esto ocurra recién adjudicado el contrato marítimo. Todos los melillenses esperábamos una mejora del barco a Málaga y Almería. Algo hemos notado en el bolsillo, pero deberíamos notar también que el servicio no es el mismo de siempre: malo sin aspiraciones de mejora. Es difícil creer que los pasajeros que viajan a Ibiza o las Baleares suban a barcos como los que tenemos en Melilla. Puede que ocurra, pero cuesta encajarlo en el imaginario popular. Los melillenses merecemos una mejora del transporte marítimo no gradual sino definitiva y eso es lo que planteará el viceconsejero de Turismo en Madrid. La idea, como mínimo, nos llena de esperanzas. Quizás algún responsable de Fomento se decida, antes de que acabe la legislatura, a venir a Melilla en barco. En cuanto sufra en su carnes la suciedad de los barcos que unen Melilla con Almería, por ejemplo, seguro que le da un toque a la naviera adjudicataria del contrato público. El barco sigue siendo nuestra asignatura pendiente. Siempre hay margen para mejorar y siempre se puede hacer más de lo que se hace. Sabemos que la Operación Paso del Estrecho es una temporada volcánica, pero la calidad del servicio no puede verse interrumpida cada vez que el volcán entre en erupción, porque resulta que la lava empieza a correr justo cuando nos vamos de vacaciones.

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