Manuel Muñoz Zafra cerró ayer con un taller de crecimiento personal muy novedoso el curso de Agentes de Igualdad organizado por el sindicato SATE-STEs.
“Con la biodanza nos relacionamos y expresamos con el cuerpo”, aseguró el profesor de esta disciplina Manuel Muñoz Zafra. El taller de biodanza clausuró las actividades enmarcadas en el curso de Agentes de Igualdad organizado por SATE-STEs y que se lleva realizando desde el pasado lunes 5 de marzo. Muñoz Zafra enseñó a los alumnos su formación y experiencia en biodanza, un sistema de crecimiento personal que fue creado hace unos 40 años por un psicólogo argentino.
“Se intenta retomar tantos aspectos del ser humano que están olvidados con la biodanza, como puede ser el tema emocional, de cómo nos relacionados, cómo nos encontramos unos con otros. Por desgracia, en la vida que vivimos hay mucho desencuentro. Cada uno va con su película montada y nos cruzamos por la calle y no nos miramos si quiera”, indicó Muñoz Zafra, quien aseguró que se trata de cambiar esta forma de sentir y vivir la vida.
La biodanza son ejercicios que se hacen con música, que se usa como detonante emocional, ya que permite conseguir unos determinados estados emocionales y desarrollarlos.
“La emoción nos produce un movimiento y lo provocamos con música”, indicó.
Los ejercicios de este taller de biodanza se realizan con una serie de pautas que marca el monitor para conseguir determinadas situaciones que enriquecen a las personas a todos los niveles, desde el individual, al contacto con otras personas o en grupo, que simula a la sociedad. Estos tres son los tipos de encuentros que simulan todos los contactos que se pueden realizar.
Sin requisitos previos
Muñoz Zafra aseguró que no hay requisitos previos para hacer biodanza y que se realiza como cualquier otra actividad.
Así, comentó que el imparte clases regulares, una vez a la semana, ya que con este tipo de terapias complementarias se mueven muchas energías internas y sentimientos y se necesita luego un tiempo de reposo.
La biodanza es muy fácil, aseveró este profesor, quien destacó que se trabaja la parte emocional para aprender a relacionarse de otra forma más rica con el resto de personas.
Para comenzar la clase, el primer ejercicio es siempre caminar, pero no como se hace de forma habitual, sino de manera consciente y sintiendo las sensaciones y emociones. Otros ejercicios de este taller fueron las rondas, es decir, conformar un corro, un ejercicio muy básico pero muy importante en biodanza que permite relacionarse a todo el grupo y también las danzas expresivas.
Sin palabras
“Una de las característica que tiene es que no se permite hablar. Con esto buscamos dejar tranquilo al intelecto, que ya bastante hace por nosotros, para bien o para mal, aunque se puede reír, llorar, gritar y hacer ruidos vocales”, explicó.
Esta terapia se ha realizado con enfermos notando mejorías en sus patologías. Así, fue creada por un psicólogo que lo probó en personas internas en un psiquiátrico y en Málaga, por ejemplo, se han realizado con grupos de fibromialgia.
Nieves Muriel, ponente de este curso de agentes de igualdad, destacó que este tipo de talleres permiten educar en otros aspectos, como son los personales o los emocionales y en valores que importan mucho más a la hora de tratar temas de igualdad entre hombres y mujeres. Así, aseguró que habría que incluir la biodanza como el yoga y otro tipo de herramientas parecidas dentro de los programas educativos de los centros docentes.
El curso, un espacio y tiempo enriquecedor
La organizadora de este curso y componente del sindicato SATE-STEs, Ana Isabel Lara, aseguró ayer que se cerraba el curso con una sensación de agradecimiento profundo para todas las personas que hicieron posible este curso un año más.
“En el curso hemos disfrutado de un espacio y tiempo enriquecedor para todas las personas que hemos participado, entre asistentes y ponentes”, explicó.
De esta forma, Lara comentó que a lo largo del nueve días de curso se ha podido reflexionar, compartir experiencias de manera fluida, y por lo tanto, el aprendizaje fue muy significativo.
“Las interacciones han sido muy vivas, enriquecedoras y dinámicas y aplicables a la labor educativa”, tal y como destacó Lara. Escucha, respeto e interés son los aspectos más representativos de este espacio de formación según comentó la organizadora de esta iniciativa.
También remarcó el papel de los ponentes con los que este año se ha contado, ya que han dedicado mucho esfuerzo, interés y entusiasmo en elaborar sus conferencias y materiales con los que luego se ha trabajado.
Lara aseguró que les gustaría continuar con este proyecto más días, pero que el tiempo es limitado y el curso tan sólo es una iniciación a través de la cual hay que seguir formándose.
“Ha sido un placer que todos y todas queremos revivir”, explicó. Por último, indicó que se han podido conocer a un gran número de mujeres que se han creado y construido la historia del arte en cualquiera de sus facetas, y que también se han dado a conocer a las ponentes de este programa formativo.